Inicialmente pensaba «dar cuatro malas» al caso del teniente Canó, pero las barbaridades que escuché me han motivado a fijar una posición, no necesariamente la verdad absoluta.
No es cierto que el status de Robinson Canó es similar al de otros, cuyo objetivo es Juegos Militares y de la Policía, y eventos internacionales en representación del país. Canó participó en el Clásico Mundial , pero con permiso de los Yanquis. Esa es otra instancia.
Como «embajadores»una de las primeras visitas de los peloteros cuando llegan es al jefe policial de turno, antes que al ministro de Deportes que por cortesía debe tener la primacía.
En esa reunión se intercambian regalos, se ponen al día las armas, entre otros renglones.
En un país de instituciones débiles esas figuras son «asimiladas» de manera «honorífica» por lo tanto es una indelicadeza publicar un aumento de rango y salario a cambio de un par de charlas que casi nunca se materializan
¿Quién cobra los 15 mil pesos por Canó? Si es una persona de la estima de Canó, esos cuartos deben salir de las arcas del intermedista de los Marineros (24 millones de dólares por año).
La distorsión es tal que el guardaespaldas y chofer de Canó es un coronel porque, ciertamente, en la vida cotidiana Robinson es un general.