Cuando leí una información procedente de Tokio de que los Juegos Juegos olímpicos sin ambiente, casi son surrealistas, recordé la expresión que recientemente utilizó la procuradora general de la República, Miriam Germán Brito, para referirse a una de las exposiciones que hizo en el Consejo de la Magistratura, al presidente interino del Tribunal Superior Electoral, Marcos Antonio Cruz García.

En Japón todo lo quieren pintar como una mavarilla, cuando hay problemas muy profundos, lo mismo que hizo Cruz García, sobre lo que está sucediendo en esa institución.

Llama poderosamente la atención que las situaciones se quieren “adornar”, sin tomar en cuenta que todos están muy atentos a lo que sucede con relación a esas olimpiadas.
El surrealismo es un movimiento que nació en Francia tras la Primera Guerra Mundial que intenta por todos los medios reflejar el funcionamiento del subconsciente, echando al “zafacón” todo lo concerniente al control racional.

Estos juegos en opinión del analista Foster Klug, serán algo nunca visto. porque olímpicos, pero de otra categoría, debido a que no habrá fanáticos, por lo menos en la sede central y capital del país, Tokio.

Además, coinciden con un rebrote del COVID-19 en un país con poca gente ha sido vacunada por diversas razones, incluso culturales.

Y con la amenaza de que los deportistas y demás miembros de las delegaciones estarán confinados a una burbuja, bajo amenaza de ser deportados si se le escapan.

Otra situación que hace que todo lo bonito que se ha dicho sea surrealista, es que se espera una ola de calor insoportable, sobre los 40 grados centígrados, lo que provocará una disminución considerable de las capacidades atléticas.