El sol que nace de lo alto

El sol que nace de lo alto

El sol que nace de lo alto

David Alvarez

En el conocido cántico de Zacarías el nacimiento de Jesús es anunciado como: “…nos visitará el Sol que nace de lo Alto…” ¡Hermosa imagen cosmológica! Hay que vivir en el desierto o el trópico para entender la fuerza de esa imagen.

Ya los egipcios habían alcanzado el monoteísmo en torno al disco solar siglos atrás a la redacción de este texto, pero el Evangelio de Lucas encuadra esta alegoría de Jesús de una manera diferente.

Proviene en primer lugar “Por la entrañable misericordia de nuestro Dios”. Es un acto puro de amor, de la mayor intimidad de Dios mismo para la humanidad, para nuestra redención, para nuestra salvación.

Nos visitará, se encarnará Dios mismo, se hará ser humano, igual a nosotros en todo menos en el pecado. En Jesucristo, Dios mismo, se hace carne. La luz, el verbo, se vuelve uno de nosotros, para nuestro bien.

Su finalidad. “…para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz.” Jesús nace para librarnos de las tinieblas, de la muerte y darnos el Reino.

Reino de justicia y paz, donde todos cabemos, privilegiando a los pobres y pecadores, donde el poder, el lucro, el egoísmo y la muerte no tendrán cabida. Su luz se abre paso en el amor por el prójimo. ¡Hagamos presente la Navidad!



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