En el transcurso del acto de entrega de los premios otorgados anualmente por la Fundación Corripio a entidades sin fines de lucro y a personas de carne y hueso que se han distinguido por sus útiles aportes a la sociedad, uno de los distinguidos oradores que hicieron uso de la palabra recurrió a una famosa frase del pastor Martin Luther King que, si fuera asumida por una mayoría de la población mundial, yo me atrevería a apostar que resolvería todos los problemas que aquejan al mundo.
“Lo que me preocupa no es el grito de los malos, sino el silencio de los buenos”, reza la frase aludida, que nos pega en el rostro como una bofetada para la cual no tenemos respuesta, porque definitivamente los que nos consideramos “buenos” permanecemos de brazos cruzados ante los descarados desmanes de los “malos” y les dejamos el campo libre para cometer sus abusos.
Los bandidos y los delincuentes de toda laya se burlan de nosotros a mandíbula batiente, al extremo de que casi encabezamos las listas de los países más corruptos del planeta.
A pesar de todo ello, estamos a tiempo para escaparnos de ese nefasto club. Depende de todos y de cada uno de nosotros. Usted, ¿de qué lado está ?