Doña Josefa Gónzalez, mientras muestra có mo quedaron sus pertenencias tras el paso del disturbio tropical del pasado sábado sobre el país. José de león
Santo Domingo .-“Está todo mojado, no hay nada que sirva”, lamentaban algunos residentes del sector Ribera del Ozama, en Santo Domingo Este, quienes alegan que se quedaron sin nada tras las inundaciones del sábado.
Con voz quebrada Josefa González, de 60 años, narró el dolor y la agonía que ha sentido desde hace tres días, cuando sus pertenencias fueron arrastradas por el río Ozama.
“Me quedé sin nada, sin documentos, sin nevera y sin los colchones, fue con todo que arrasó el río, todo se mojó y parte se lo llevó”, dijo González con mucha pena.
Al hablar con EL DÍA, expresó que en su condición de señora mayor y viuda, no puede hacer muchas cosas para conseguir dinero, por lo que solicita ayuda del Gobierno para tener de nuevo sus ajuares, que se perdieron.
Altagracia Encarnación, de 53 años, residente en el sector por más de 20 años, sostuvo que debido al disturbio preparó sus pertenencias y las colocó en un sobretecho que creó para asegurarlas, pero esto fue imposible ya que parte de la ropa, así como la estufa y dos secadores de pelo que utilizaba para llevar el dinero a su hogar, se perdieron en el agua con el desbordamiento del río Ozama.
“Yo tenía dos secadores, porque tengo un saloncito aquí y de ahí mantengo a mis seis hijos, pero se me dañaron los dos porque se me cayeron en el agua, o sea, ahora tendré que comprar dos secadores y un blower para volver a iniciar, dinero que no tengo”, lamentó Hernández.
Relató que cuando el agua estaba entrando a la casa tuvo que llamar a varios vecinos para que la ayudaran a cargar a su madre, quien por los años no puede caminar.
Además, apuntó que tuvieron que cobijarse donde una hermana durante estos días, mientras el agua baja.
Luis Vicente, de 49 años, se encontraba en su hogar sacando el lodo que quedó luego de que el agua del río bajara en horas de la mañana. Asimismo, explicó que cuando llegó conectó la nevera para ver si funcionaba y ésta no prendió, palpó la cama y se encontraba llena de agua.
Destacó que es la primera vez que el río se desborda de esa manera, al punto que, inundó todo y se llevó algunas cosas, como ropas y documentos.
“Siempre que llueve el río entra a los callejones, pero nunca había entrado con tanta furia a las casas, todavía estoy sacando el lodo para después comenzar a limpiar”, señaló Vicente, quien es no vidente.
Debido a la condición en que se encuentra el sector, Claribel Santana, de 50 años, pidió la ayuda del Gobierno para que lleve algunos electrodomésticos y colchones a las personas que fueron afectadas por el disturbio tropical.
Centro de Emergencia
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Según el COE, movilizaron 17,855 personas a lugares seguros, 3,571 viviendas fueron afectadas y 22 fueron destruidas por las lluvias. Seis albergues fueron abiertos, mientras 879 personas fueron albergadas.