Bloomberg News.–Uno de los retos más apremiantes para el nuevo monarca español será mantener unido su reino.
Felipe, el príncipe heredero de 46 años, que pasará a ser Felipe VI cuando su padre, Juan Carlos, complete el proceso de abdicación que puso en marcha esta semana, asume el trono justo en momentos en que 7,6 millones de sus súbditos en Cataluña se aprestan a votar por su independencia de España este año. Las encuestas indican que el resultado pende de un hilo.
“El príncipe tiene que hablar de integración”, dijo en una entrevista telefónica José Antonio Gómez Yáñez, profesor en la universidad Carlos III de Madrid. “Hasta ahora trató de hacerlo, pero su mensaje no ha tenido mucho eco –-u posición ha sido secundaria con respecto a la del rey”.
Felipe, cuya coronación tendrá lugar en un mes, según el diario ABC, es el primer monarca español que hereda directamente la corona desde 1886. Accede al trono en un momento de respiro para un país que se vio castigado por crisis financieras, un desempleo en alza y niveles crecientes de pobreza desde que estalló la burbuja inmobiliaria seis años atrás.
En tanto el prestigio de la monarquía declinó junto con los destinos del país, muchos votantes de la región de Cataluña en el noreste, que representa un 20 por ciento de la economía de España, dicen que quieren llevar a cabo el cambio constitucional solos.
Los tres partidos que impulsan un referéndum por la independencia programado para el 9 de noviembre reunieron 56 por ciento de los votos en las elecciones europeas del 25 de mayo.
Esquerra Republicana de Catalunya, el socio joven en el gobierno regional de Barcelona que puja más fuerte por la independencia, venció a Convergencia I Unio del presidente catalán Artur Mas, que quedó segundo.
En el resto de España, los adversarios de la monarquía incrementaron su apoyo, en tanto dos partidos, Izquierda Unida y Podemos, alcanzaron un 18 por ciento entre ambos. “En una democracia, el pueblo decide”, dijo ayer en un mensaje en Twitter Pablo Iglesias, que lidera Podemos. “No somos súbditos, somos ciudadanos”.
En tanto la economía de España comenzó a crecer nuevamente en el tercer trimestre y la prima de riesgo sobre la deuda nacional a 10 años se redujo desde más de 600 puntos básicos en 2012 hasta menos de 150 puntos básicos, casi 6 millones de personas continúan desocupadas, lo cual fomenta una reacción adversa contra los gobernantes que llevaron a España hacia la crisis.
En Cataluña, Mas proyecta organizar una votación por la independencia de España menos de dos meses después de que los escoceses voten por abandonar el Reino Unido después de 307 años. A diferencia del Reino Unido, donde el gobierno nacional aprobó el referéndum, el primer ministro Mariano Rajoy dice que la votación catalana no tendrá lugar porque sería ilegal según la constitución española.
“Podrá haber un cambio de rey, pero el proceso democrático catalán no cambia”, dijo Mas ayer. “Una mayoría de la sociedad catalana vive con un sentimiento de desafección y desconexión del Estado español”.