Renaldo Bodden
Tenía pendiente referirme al juego interescuadra de la preselección de baloncesto para realizar, entre comillas, los dos primeros cortes.
Un Palacio del Voleibol Ricardo Arias, casi a casa llena, confirmó el gran aprecio que tiene la afición por su equipo de básquet.
Se sabe que era un juego de exhibición en el que los jugadores querían lucirse ante su público e impresionar al dirigente Kenny Atkinson, de ahí el gran desorden individualizado que imperó en la cancha. Nadie me lo contó.
Ante la ausencia de Al Horford (6´10″), Karl Towns (7’00»), Jack Michael Martínez (6’7″, con gran vocación rebotera), Charlie Villanueva (6´11″) y Ron Roberts (6′ 8″), el equipo luce con carencia de estatura para la justa preolímpica y dependerá de Eloy Vargas (6´11″) y Eulis Báez (6’7″), principalmente, para asumir la dura tarea de defender a los rivales grandes y poner a correr a los hombres pequeños. Si Flores está saludable debe hacer el equipo para soltar par de bombazos en momentos cruciales, pero, sobretodo, se necesita que Francisco García y James Feldeine, estén enfocados.
La participación en la Copa Tuto Marchand debe servir para que Atkinson comience a poner la casa en orden y trate se casarse con la gloria de llegar a Río de Janeiro.
