El propósito de la creación según la Biblia

El propósito de la creación según la Biblia

El propósito de la creación según la Biblia

El propósito de Dios en nuestras vidas es que vivamos plenamente en armonía con nuestro creador, nuestros semejantes y todo lo que nos rodea.

Por eso, antes de crear al hombre (y luego la mujer) Dios se aseguró de que el mundo contara con todos los elementos necesarios para alimentar, cobijar, maravillar y entretener lo (Génesis 2:9-23).

Pero, desde la creación Dios marcó el propósito de la tierra y el de los seres humanos que, entre otras cosas, fue el “poner orden” (Génesis 1:1-31) y que le adoremos; puesto que Dios creó al hombre para su gloria (Isaías 43:7). Así que el propósito de la creación del hombre es glorificar a Dios.

¿Qué sería glorificar a Dios? Salmos 100:2-3 dice que debemos de “reconocer que Jehová es Dios; Él nos hizo, y no nosotros a nosotros mismos; pueblo suyo somos, y ovejas de su prado”. De modo que glorificar a Dios sería reconocerlo, alabarlo y adorarlo.

Dios pudo habernos hecho autoprogramados, como los robots, para que hiciésemos lo que él quisiera; en cambio, nos hizo libres para que podamos tomar nuestras propias decisiones. No obstante, todo lo que hagamos debemos hacerlo para su gloria (1 Corintios 10:31).

Él nos dio la capacidad de vivir, de amar y ser feliz, pero siempre respetando sus reglas (Génesis 2:16 – 17) y mandamientos (Exodo 20:1-17), cuyo incumplimiento acarrea en nosotros consecuencias desastrosas que nos llevan a la desesperación y el sufrimiento (Génesis 3:17).

El rey Salomón intentó vivir para su propio placer, tomando muchas mujeres de distintos pueblos; pero al final de sus días él llegó a la conclusión de que la única vida valiosa es aquella de honor y de obediencia a Dios (Eclesiastés 12:13-14).

La buena noticia es que Dios nos ama y “sabemos que a los que a Dios aman, todas las cosas les ayudan a bien, a los que conforme al Propósito son llamados” (Romanos 8:28).



Senabri Silvestre

Editora de Nacionales del Periódico El DÍA, amante de Dios y de mi familia.

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