“Condenar el progreso en todo es olvidarse de los vergeles que han hecho posible la desalinización del agua de mar; idealizarlo es olvidarse de Hiroshima”, señaló el jurista estadounidense Samuel Chase.
Muchos pesimistas, hipócritas y relativistas salen masivamente a las calles a expresarse contra los avances sociales, por el simple hecho de que se contraponen con sus intereses particulares.
El progreso depende de seres que son innovadores, que rechazan los convencionalismos y modelan sus propios mundos.