El primer error: imperdonable

El primer error: imperdonable

El primer error: imperdonable

Rafael Molina Morillo, director de El Día

Ni siquiera había comenzado el primer juego cuando se cometió el primer error en la Serie del Caribe. Un error imperdonable.

Los que vieron por televisión la transmisión del partido de béisbol entre Puerto Rico y República Dominicana, que tiene como escenario la venezolana isla Margarita, y como protagonistas, aparte de los ya mencionados, a Cuba, México y Venezuela, saben que me refiero al error protocolar ocurrido con el Himno Nacional Dominicano.

Como es costumbre en eventos de esta clase, antes de que los árbitros digan “play ball” (a jugar pelota), se entonan los respectivos himnos de las naciones competidoras.

Pero la señora escogida para cantar “a capela” el himno dominicano aparentemente no memorizó la letra y repitió la primera estrofa donde iba la cuarta, dejando un sabor amargo en el ánimo de los dominicanos presentes, y también de los ausentes. ¿De quién fue el error? No fue de Puerto Rico ni de nosotros, sino de Venezuela, que ni siquiera se disculpó.

Los símbolos patrios son algo sagrado y se deben manejar con sumo cuidado. La bandera, el escudo y el himno merecen que se les trate con el mayor respeto. Aunque sea en un parque de béisbol.



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