El Presidente/el estadio

El Presidente/el estadio

El Presidente/el estadio

Dimaggio Abreu.

Durante su visita a Miami para el lance de la primera bola previo al primer partido de República Dominicana en el Clásico Mundial de Béisbol 2023, sábado 11 de marzo, el presidente Luis Abinader declaró que hay un planteamiento para dotar al país de un estadio con categoría mundial.

El mismo tendrá como base el vetusto Estadio Quisqueya Juan Marichal, con un rediseño que se ejecutaría mediante una alianza público-privada con un grupo muy diverso, que incluye empresarios y peloteros, con los que el Gobierno convendría.

En boca del Presidente, el proyecto “está caminando”, “está avanzado”, debe lanzarse en los próximos meses y su puesta en marcha antes de que culmine el presente periodo gubernamental (que termina en agosto de 2024). El proyecto está incluido en el cronograma de los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Santo Domingo 2026.

Por cómo habló Abinader, es la primera vez que un gobernante se expresa tan en concreto, exhalando la seguridad de que su gobierno se involucraría en un proyecto para que RD tenga un estadio de béisbol acorde con la categoría de nuestros grandes exponentes del juego y con los estándares que exige Major League Baseball.

Tras la declaración del Presidente queda esperar que los formuladores de la propuesta la concluyan y presenten, que las condicionantes sean aceptadas por el mandatario, se haga de público conocimiento para luego acometer su ejecución, que uno espera incluya el barrido con todo lo ajeno al Quisqueya, dentro de su perímetro.

Ahora bien. Supongamos un Quisqueya Juan Marichal confortable para los jugadores, el público y los medios informativos y ampliado su aforo a 18, 20 o 25 mil aficionados. En ese punto surgen algunas interrogantes y dudas.

¿Una gran inversión para utilizarlo solo los cuatro meses del tradicional torneo invernal y el resto del año cerrado? ¿Se involucrarían los sustentantes del remozamiento con la LIDOM y cualquier otra entidad para conformar una liga profesional de verano que dé vida al estadio fuera del invierno? ¿Cuál será el beneficio que reclamarán los inversores privados, incluidos los peloteros?

¿Tendrá la LIDOM el manejo del mismo como hasta ahora? ¿Será atractivo para que los empresarios artísticos lleven más conciertos allí a fin de darle una utilización óptima?

Podría haber otras inquietudes, pero también tenemos dudas. Creemos que un Quisqueya con categoría mundialista no garantiza que MLB dará al país una pata del Clásico Mundial, que es una gran aspiración local; o que de manera recurrente programen juegos de pretemporada de Grandes Ligas, porque, estimamos, el público dominicano no garantiza el éxito.

Un Quisqueya con categoría mundialista es bueno por el rango de nuestros jugadores y por el desarrollo mismo del país, pero habrá que buscar fórmulas para utilizarlo con béisbol local más allá del torneo invernal y de cada cuatro años con la Serie del Caribe.

Agencia Libre. Este miércoles 15 se cumple el primer mes de ejecución de la Agencia Libre en la LIDOM, en el cual los equipos podían negociar con sus jugadores base. Algunos han sido prolíficos en anunciar acuerdos, pero otros, no tanto. A partir de esta fecha las organizaciones podrán firmar de los que dejaron sus rivales. Toca ver cuántos jugadores con atractivo dejaron a los “enemigos”.