KIEV, Ucrania.-El presidente de Bielorrusia arremetió ayer contra Europa, acusándola de tratar de “estrangular” a su país con sanciones por el desvío de un avión de pasajeros y acusó a un periodista opositor —que iba a bordo y posteriormente fue detenido— de fomentar una “rebelión sangrienta”.
Hablando ante legisladores y altos funcionarios, el presidente Alexander Lukashenko —quien lleva 26 años en el poder— defendió la decisión de ordenar al vuelo de Ryanair que aterrizara en Bielorrusia el domingo por una supuesta amenaza de bomba.
El mandatario aseguró que era una “mentira absoluta” que una aeronave militar obligara al avión de pasajeros a aterrizar.
El avión salió de Atenas y se dirigía a Vilna, en Lituania, cuando fue obligado a desviarse a Bielorrusia aterrizar en Minsk, la capital bielorrusa.
Una vez en tierra, la nave fue registrada y no se encontró ninguna bomba, pero Raman Pratasevich, periodista y activista de 26 años y su novia rusa fueron detenidos. Líderes de la Unión Europea mantienen que el desvío del avión fue un acto de piratería.
“Actué de manera legal, protegiendo a las personas de acuerdo con las reglas internacionales”, dijo Lukashenko, de 66 años, quien ha gobernado la antigua nación soviética con mano de hierro durante más de un cuarto de siglo, reprimiendo implacablemente la disidencia.
El presidente reforzó su argumento diciendo que el avión volaba no muy lejos de la planta de energía nuclear de Astravets y que por eso ordenó que los sistemas de defensa aérea estuvieran en alerta máxima.
Sobre espionaje
También alegó que Pratasevich y sus asociados están coludidos con agencias de espionaje extranjeras para “organizar una masacre y una rebelión sangrienta en Bielorrusia”.
Lukashenko ha enfrentado meses de protestas desde que las elecciones en agosto le dieron un sexto mandato, pero el gobierno ha redoblado la represión.
Las autoridades arrestaron más de 35,000 personas desde que comenzaron las marchas y miles han sido golpeadas. Pratasevich, quien dejó Bielorrusia en 2019, se ha convertido en uno de los principales enemigos de Lukashenko.
Ha usado una aplicación popular de mensajes para ayudar a organizar las protestas.
Apoyo de la OTAN
La OTAN respaldó ayer las medidas acordadas por los aliados, de forma individual o colectiva, como respuesta al aterrizaje forzado en Minsk, la capital de Bielorrusia, de un avión de RyanAir en el que viajaba el periodista bielorruso Román Protasevich, que fue detenido nada más tocar tierra en esa ciudad.
“Apoyamos las medidas tomadas por los aliados individual y colectivamente en respuesta a este incidente”, indicó el Consejo del Atlántico Norte, el máximo órgano de toma de decisiones de la organización, en una declaración emitida hoy.
El lunes por la noche precisamente, los países de la Unión Europea (UE), entre los que hay muchos miembros también de la OTAN, decidieron ampliar sanciones a Bielorrusia y adoptar las medidas necesarias para prohibir a las aerolíneas bielorrusas sobrevolar territorio comunitario y acceder a sus aeropuertos.
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, ya instó el martes a que se ponga en marcha con urgencia una investigación independiente sobre lo sucedido, algo que el Consejo del Atlántico Norte reiteró hoy en su declaración.
Condenó “el desvío forzado a Minsk de un vuelo de Ryanair entre Atenas y Vilna el 23 de mayo”, así como el arresto de Protasevich y de su pareja, Sofia Sapega.
“Este acto inaceptable viola gravemente las normas que gobiernan la aviación civil y ponen en peligro las vidas de los pasajeros y la tripulación”, subrayó el Consejo. “Respaldamos las peticiones de una investigación independiente urgente, incluyendo por parte de la Organización Internacional de Aviación Civil”, apuntó.
En su opinión, la detención de Protasevich “es una afrenta a los principios de la disidencia política y la libertad de prensa”.
Sintonía con la región
— Cierre
Los tres países bálticos, incluidos dos con fronteras con Bielorrusia, Letonia y Lituania, cerraron su espacio aéreo a todo el tráfico aéreo de Bielorrusia. Estonia adoptó una línea algo más suave, en sintonía con las acciones de la Unión Europea.