Meditación. Relajación. Enfocarse. Ser capaz de estar en el presente. Últimamente me llega mucha información en torno a esto. Confieso que por mucho tiempo cada vez que alguien me decía que pusiera la mente en blanco y me relajara, ahí es que mi cerebro comenzaba a pensar más aún.

Qué decir de ponerme a meditar y tratar de desconectar, me ponía tan nerviosa por hacerlo bien que al final me estresaba el tener que “meditar”. Imagino que eso va mucho con mi forma de ser y sobre todo de encarar la vida.
Pero en este tiempo esto ha cambiado, bueno realmente yo he cambiado.

Busco momentos de desconexión reales, me he bajado dos aplicaciones, una de meditación y una de audiolibros. Y la verdad que pensaba que no me iban a servir mucho, pero al final todo depende de tu decisión y de tu voluntad para que algo te sume

Por mucho tiempo bloqueé el hecho de que detenerte en este ajetreo de vida era positivo, pensaba que era una carrera de fondo en la que pararse era perder. Y resulta que es todo lo contrario, para seguir caminando hace falta parar, analizar, soltar, aprender, coger fuerzas y seguir. Me ha costado mucho entender esto.

Y aún hoy vuelvo a los viejos hábitos porque son los que conozco y controlo. Pero hay algo que ya he asumido y trato de practicar todos los días: estar en el presente, vivir un día a la vez, soltando ese pasado que ya pasó y ese futuro que llegará por mucho que yo trate de controlarlo.

Y la verdad que es algo que recomiendo a todo el mundo, descubrirán cosas de ustedes, de los demás y su entorno que pasaban desapercibidas.
Y al final, aquí y ahora es que estamos. Prueben.