El precio del oro y la crisis del dólar

El precio del oro y la crisis del dólar

El precio del oro y la crisis del dólar

José Manuel Félix, dirigente de la ANED.

El 15 de agosto de 1971 el presidente Richard Nixon anunciaba a los EEUU y al mundo que en lo adelante el dólar estadounidense ya no estaría respaldado por oro y que en consecuencia la moneda quedaría expuesta al juego de la oferta y la demanda. A partir de ese momento la emisión de billetes de forma inorgánica, se convertiría en otra muy importante fuente de creación de “riqueza” en ese país.

Los déficits de la economía norteamericana tanto internos (presupuesto) como externos (balanza de pagos) serían financiados en gran medida con emisiones de bonos del estado mayoritariamente adquiridos por la Reserva Federal (creación de dinero), a la par de otros países y otros Bancos Centrales (deuda).

Es como si el Banco Central de la República Dom pudiera adquirir los bonos de Hacienda que emite el gobierno. En este ejemplo el Banco Central emitiría dinero inorgánico, puesto que nuestra moneda no se rige por el patrón oro.

Si el gobierno dominicano utilizara este mecanismo para financiar sus déficits provocaría de seguro un enorme proceso inflacionario en la economía.

En el caso de la economía norteamericana no sucede igual ya que el dólar actúa como moneda de reserva e intercambio internacional. Condición impuesta por los EEUU en los acuerdos de Bretton Woods del año 1944.

El dólar, al convertirse en moneda fiat, es decir sin respaldo tangible, cuya aceptación depende únicamente del nivel de confianza que le imprima el gobierno norteamericano, no encontró barreras para su reproducción ilimitada. Desde entonces públicamente nadie sabe qué cantidad de dólares a ciencia cierta, han sido emitidos bajo estas condiciones, aunque todo el mundo entiende que es un monto inconmensurablemente grande.

Con el paso del tiempo este mecanismo de creación de dinero se fue haciendo cada vez más frecuente y voluminoso. Solamente en este año la emisión de billetes ordenados por computadora, bajo el pretexto de combatir la pandemia y salvar a empresas, bancos y mínimamente a trabajadores en desocupación forzosa, ha sido sencillamente brutal. Y es aquí donde encontramos una de las dos principales razones que a nuestro entender explican el movimiento alcista del oro.

Para ilustrar mejor lo que está sucediendo en estos momentos con la crisis del dólar (reflejo de la crisis del capitalismo norteamericano) analicemos los movimientos que Warren Buffet, el multimillonario inversionista de Wall Street, ha estado realizando últimamente. Buffet acaba de vender la mayoría de acciones que su empresa, Berkshire Hathaway, poseía en JP Morgan, Wells Fargo y Goldman Sachs (ya antes había hecho lo mismo con sus acciones en las principales aerolíneas) tres de las más importantes instituciones financieras del mundo, e invirtió más de medio billón de dólares, nada más y nada menos, que en la transnacional minera Barrick Gold.

La señal que manda uno de los más conspicuos inversionistas de Wall Street es muy clara: se avecina otra crisis financiera, quizás más grande y profunda que la del 2007-2008, y cuya principal baja sería fundamentalmente el moribundo dólar norteamericano.

Pero antes de que esto estuviera pasando, en los corrillos de wall street se daba cuenta de que el fondo de inversiones cotizado en bolsa (ETF) SPDR Gold Shares, que tiene acciones de oro físico en lugar de certificados, ha estado comprando toneladas de oro diariamente, según una información del Financial Times de principios de agosto. Para que tengamos una idea de la magnitud de la compra, en un solo día ese  fondo compró el equivalente a la producción de oro de seis meses  de la mina de pueblo viejo, Cotuí, por parte de Barrick Gold dominicana.

El creciente temor de que el continuo y creciente bombeo de dinero recién creado por parte de los bancos centrales y los gobiernos, haga colapsar el sistema financiero mundial, es la razón principal que explica el alza en el precio del metal acentuada desde principios del 2020.

Aunque también la especulación que se genera entre los inversionistas, apresurados en comprar el metal pensando que el precio va a seguir subiendo, es otra de las causas de que el precio de la onza de oro se esté disparando.  Sin embargo es evidente que la mayor parte de la inversión en el precioso metal se está realizando con fines de reserva de valor a consecuencia de la debilidad planetaria del dólar.

Para República Dominicana es un tema crucial dada nuestra condición de grandes productores y exportadores de oro y plata.

Debemos aspirar a una revisión y posterior modificación del contrato con Barrick Gold en el entendido de que debido a esta escalada en el precio del oro (se estima que podría llegar a los US$3000 este mismo año) siendo el estado dominicano el dueño de la mina, le correspondería en buena ley no menos del 80% del sobre ingreso obtenido (asumiendo un precio promedio de 1400 dólares la onza troy) habida cuenta de que  no ha sido resultado de un esfuerzo extraordinario por parte de  la empresa.

Por supuesto que esta acción pondría a prueba necesariamente   el carácter históricamente dependiente de nuestro país con el centro del capitalismo mundial, es decir, con los EEUU.