El poder del miedo

El poder del miedo

El poder del miedo

David Álvarez Martín

Hace unos 10 mil años se inventó el Estado y las sociedades que se formaban en torno al mismo se organizaron en torno al miedo. Los menos se apropiaron de diversas formas de todas las tierras cultivables y para el pastoreo, y de las fuentes de agua potable. Los más pasaron a obedecer y trabajar para esas minorías. El mecanismo para lograr esa manera de organización social fue el miedo. Desde la amenaza de las divinidades que castigaban a los que no se sometían, hasta la tortura y el asesinato, generaron una didáctica de temor que desestimulaban la resistencia y la rebeldía.

Desde entonces el miedo ha sido el mecanismo mayoritario para someter a las grandes masas e influir sobre las llamadas clases medias. Miedo a la represión, miedo a la tortura, miedo a ser encarcelado o internado en un manicomio, miedo a ser diferente, miedo a perder el empleo, miedo a ser excluido social o políticamente, incluso miedo a lo que pueda pasar en el más allá en función de lo que hagamos en esta vida.

Quienes promueven el miedo usualmente lo hacen para defender sus intereses económicos, políticos, sociales e ideológicos. A veces se convierte en una enfermedad mental, sobre todo en quienes han internalizado el miedo y lo propalan entre quienes les rodean o sobre los que tienen poder. Gran parte del modelo educativo descansa en el miedo, mucha de la prédica religiosa se articula en función de atemorizar, la educación familiar es regularmente un régimen que se apoya en atemorizar, y aquellos que proponen romper con todas las formas de inculcar el miedo o son considerados peligrosos o locos.

Recordemos a Sócrates que fue acusado de pervertir la juventud y no respetar la voluntad de los Dioses. Jesús insistió una y otra vez en que no tuviéramos miedo, pero gran parte de sus seguidores, pasados y presentes, no le hacen caso y se convierten en maestros del temor para supuestamente difundir su religión.

Si algo no tolera quien promueve el miedo es el diálogo racional y la apertura a nuevas formas de organizarnos socialmente. Por eso el racismo, la misoginia, la xenofobia y todas las prédicas de exclusión y rechazo al cambio social están sustentados en el miedo. En República Dominicana es evidente en tendencias como el antihaitianismo, el machismo y las apelaciones a que vuelva un Trujillo.

Avanzar hacia un régimen de igualdad y equidad pasa por superar el miedo. Popper lo llamaba la Sociedad Abierta, porque tiene una estructura política, económica y social lo suficientemente flexible para integrar a todos los sectores y facilitar las adaptaciones para una vida de mayor libertad y respeto. El mensaje del Evangelio es sintónico con esa tendencia. Conocerán la verdad y la verdad los hará libre. El miedo se basa en la mentira y por tanto únicamente esforzándonos en encontrar la verdad superaremos el temor. Es una tarea titánica y constante.