La importancia que tiene el lenguaje , las palabras, es un tesoro invaluable en nuestra vida. Pero un mal uso puede convertirse también en un arma de involución y estancamiento.
Y es que todo depende de la narración con la que vemos los aspectos de nuestra vida. En la que todo tiene sus matices, sus tiempos y lo que hoy no se alcanzó o no se completó, puede ser para un mayor bien o sucederá en el momento justo o nos quedará el aprendizaje, según la narración que te cuentes.
Esos pensamientos a los que le damos emoción, se imprimen muchos como creencias dependiendo las experiencias que vivamos y con el lenguaje utilizado son como sentencias que nos alejan o acercan a lo que queremos.
No es lo mismo levantarse todos los días y expresar “hoy va a ser un gran día” a “ay, otra vez a tener que levantarse”. Y ahí, se va transformando todo en una cascada de cosas que no queremos ¿por qué? , porque a través del lenguaje configuramos nuestro mundo.
Los expertos en neurociencias, PNL, lo saben. Y los políticos, estrategas de publicidad, escritores, guionistas , compositores, saben de la importancia de la construcción de ese narrar, de cómo contar la historia que les interesa.
Por eso, no dejes que nadie escriba tu propia historia. Constrúyela cada día con intención.