El pleito entre Satanás y Lucifer

El pleito entre Satanás y Lucifer

El pleito entre Satanás y Lucifer

David Álvarez Martín

Desde el pasado fin de semana asistimos a un enfrentamiento salvaje entre el actual gobierno israelí y la organización palestina Hamas. No es una guerra entre Israel y Palestina, aunque son los que aportan los muertos, sino entre dos grupos de extrema derecha e integristas religiosos. Ambos llegaron al poder por elecciones, que la democracia no es la voz de Dios.

En el caso de Hamas llegó al poder de la Franja de Gaza en el 2006 con una holgada mayoría. Hamás es una organización integrista musulmana, negadora de los derechos de las mujeres y con una óptica religiosa semejante a los Talibanes y los Ayatolas. El actual gobierno de Israel está formado por una coalición de extrema derecha e integristas religiosos, que han intentado destruir la independencia del poder judicial y provocado que miles y miles de israelíes salieran a protestar por meses y generado la suspicacia de Estados Unidos y aliados de Europa.

Por tanto el gabinete gobernante israelí y Hamas se están mutuamente apoyando con el estado de Guerra, medran en el sufrimiento de sus pueblos para ganar poder. Las victimas la están aportando ambos pueblos debido a la naturaleza criminal de sus gobernantes. Semejante al enfrentamiento de Rusia y Ucrania, que en ambos casos son gobernados por cúpulas autoritarias y con perfiles nazis-estalinistas.

El actual siglo ha comenzado con un ascenso de grupos y líderes autoritarios, enemigos de la democracia. Lo vimos con Trump y Bolsonaro, con Hungría y Polonia, y el actual gobierno italiano. La democracia retrocede en cuanto cultura y organización, el racismo, la xenofobia y la misoginia ascienden en todo el mundo. En América Latina tenemos los casos de Venezuela y Nicaragua, y el intento en Guatemala de darle un golpe de Estado al gobierno electo, semejante al caso peruano.

Los medios de comunicación estimulan la guerra y simplifican los procesos con “identidades” nacionales, raciales o religiosas. Da asco gran parte de la información que vemos en los medios internacionales. El sufrimiento de los pobres, los niños y las mujeres únicamente se toman en cuenta para sesgarlos ideológicamente: los muertos en Israel son lamentados, los de Palestina ignorados, los soldados y civiles ucranianos son destacados, los rusos ocultados.

La paz es lo único verdaderamente humano, la guerra es comportamiento de bestias. Vivimos un escenario mundial infernal. El Reino de Dios está en las antípodas de lo que estamos padeciendo.