Con el desarrollo de la nueva tecnología blockchain o cadenas de bloques, se ha hecho posible pensar en una nueva evolución del dinero en el mundo.
Bajo el pseudónimo de SatochiNakamoto, se impulsó un algoritmo criptográfico y matemático que permite trabajar con un libro mayor que se actualiza con transacciones generadas por pares, esparcidos por la red, descentralizando de esta manera el sistema financiero nacional y global.
Varios países del mundo, entre ellos Estados Unidos, están planteando proyectos para digitalizar su moneda o, mejor dicho, crear una moneda digital, usando la tecnología mencionada junto con otros elementos para reducir el nivel de autonomía o riesgos, e incluir algunos puntos de regulación.
En la última década, a pesar de las situaciones de crisis que se han experimentado, ha surgido un mercado de criptoactivos o activos digitales, que provocan un impulso disruptor en los mercados financieros mundiales. Todas estas tendencias evolutivas e innovadoras, ¿están impactando a la República Dominicana?
En nuestro país existe plena conciencia y preocupación constante, en el buen sentido de la palabra, sobre estos nuevos temas. El sistema financiero nacional está aplicando una serie de medidas para abrirnos a las nuevas innovaciones y procurar que se desarrollen dentro de un marco regulatorio adecuado que defienda y proteja a los usuarios del mercado financiero dominicano.
Estamos observando con entusiasmo en el desarrollo de los primeros bancos digitales, el surgimiento de exchanges de criptomonedas y la aplicación de nuevos procesos tecnológicos para incluir financieramente a los que siguen fuera de las oportunidades de un sistema financiero inclusivo y abierto. Nuestro país necesita un ecosistema Fintech que siga creciendo al ritmo actual.
Debemos seguir apoyando las iniciativas que viene a producir soluciones a las necesidades financieras de todos los dominicanos. El peso digital es tan sólo uno de los cambios que nos depara el futuro. Mantengamos el ritmo. Apoyemos la innovación.