Santo Domingo.–Amenazas verbales, agresiones físicas, destrucción a la propiedad del Estado, tiros y hasta robos son algunos de los riesgos a los que están expuestos los facultativos de la salud que laboran en las emergencias de los hospitales públicos.
El sistema sanitario no cuenta con un cuerpo de seguridad especializado para los centros de salud, como lo tiene el Metro de Santo Domingo o la Policía Municipal del Ayuntamiento del Distrito Nacional.
En más de una ocasión los médicos, enfermeras y hasta la seguridad o porteros de turno han salido corriendo del área de emergencia del Hospital Dr. Francisco Moscoso Puello antes las distintas trifulcas que se han escenificado a lo interno de esa área.
Un domingo llegó un paciente con una herida de arma blanca (cuchillo o cualquier objeto corto punzante) a la emergencia y más atrás llegó su agresor armado con un cuchillo en las manos agrediendo a todo el que allí estaba trabajando, narró Arelis de la Rosa, emergencióloga de ese centro.
Ante ese hecho, que parece sacado de una película de ciencia ficción, las doctoras de turno solo atinaron a encerrarse en el baño para salvaguardar la vida.
Consciente de lo expuestos que están los médicos y demás integrantes de ese departamento, De la Rosa citó el caso de un paciente psiquiátrico.
“Él llegó a la emergencia amarrado de la camilla, se soltó, se paró sobre ella, se enganchó de la lámpara de la emergencia, la rompió y de paso destruyó todos los plafones”, narró.
Y añadió: “Necesitamos una seguridad en los hospitales más humana”.
Llueven experiencias malas
Al abordar a la anestesióloga Margarita Rodríguez sobre el tema, ella cierra los ojos y dice que en la emergencia de medicina interna del Luis Eduardo Aybar ella vio como una paciente tomó el “pie de suero” (soporte para las bolsas de suero) y le pegó a una doctora con él. Luego a la especialista le tocó rotar por el Hospital Dr. Darío Contreras y vio como un familiar de otro paciente entró y golpeó a un colega.
Manifestó que aunque esos hechos no son recientes, no puede borrar de su mente esas agresiones.
Ella, al igual que otros médicos, en algún momento de su vida profesional ha visto cómo su vida está expuesta al peligro por las mismas personas a las que tiene que sanar.
Y coinciden en que la poca seguridad que hay en los hospitales no tiene ningún tipo de criterio a seguir y mucho menos cuentan con protocolos para manejar las situaciones que se presentan a diario.
Robo y agresión
Pese a esas carencias y en medio de los problemas algunos hospitales han ido estableciendo su propio mecanismo de seguridad, como es el caso del hospital Vinicio Calventi.
La instalación de cámaras de seguridad es el aliado perfecto para un equipo de 30 personas que no son policías ni militares, pero que tienen la responsabilidad de cuidar ese centro.
Hace tres días que un individuo llegó junto con otro en un motor a llevar una tercera persona que estaba enferma, narró el coronel Fausto Maldonado, jefe de seguridad del hospital, estos llegaron, dejaron el enfermo en la emergencia, cuando salieron al parqueo uno de ellos se llevaba uno de los motores que estaban allí.
“Gracias a esas imágenes pudimos identificar a uno de los dos ladrones”, señaló Maldonado.
Esa es una de tantas cosas que ocurren allí y que son captadas por la cámaras del centro.
El viernes cinco de este mes, a las 11:30 de la noche, llegó una mujer en estado de ebriedad y llevó a otra que estaba en peores condiciones que ella para que recibiera atención en la emergencia de ese centro.
Dentro de la emergencia la mujer sacó un cuchillo de su parte íntima para agredir a una doctora de turno. Por esta razón llamaron un policía para que actuara y este logró desarmarla.
Afuera del área de la emergencia, pero aún dentro del hospital, la mujer comenzó a gritar improperios, por lo que se acercaron dos agentes más para poder controlar a la señora, que no dejaba de tirar patadas, mordidas y manotazos a los agentes, que luego del forcejeo lograron esposarla y llevársela detenida, contó Maldonado.