República Dominicana está entre los pocos países que todavía tiene un pasaporte obsoleto, en un contexto global donde se está dejando atrás el uso de libretas, porque ya el documento se utiliza de manera virtual.
El Decreto 282-23 autoriza a la Dirección General de Pasaportes el uso de mecanismos ágiles y abreviados para la emisión del pasaporte de lectura electrónica, proceso que ya debió estar en la fase final, para que a partir de febrero del próximo año ya se estuviera emitiendo un nuevo pasaporte.
Sin embargo, algunas observaciones de Compras y Contrataciones han retrasado el cronograma previsto originalmente, aunque todo lo que se ha hecho ha sido con la asesoría de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), y observado por una serie de instituciones que tienen un prestigio incuestionable en República Dominicana.
Y claro, Compras tiene la responsabilidad de hacer cualquier observación que entienda necesaria, porque es su responsabilidad velar porque todo salga lo más bien posible, que dicho sea de paso, sus recomendaciones nada tienen que ver con corrupción, ni anomalía en el proceso presentado por la Dirección de Pasaportes.
Hay cierto desconocimiento respecto del proceso, por ejemplo, la adjudicación sería de seis mil millones de pesos para suplir cinco millones de libretas, pero esa cantidad de dinero se irá pagando en la medida que el proveedor vaya supliendo, es decir, que si no cumple no recibirá ni un peso, y además, tampoco se le pagará al inicio de la confección de las libretas, así lo establece el pliego de condiciones.
Se estima un millón de libretas por año, y aparentemente esta ha sido una de las mejores negociaciones que se han hecho desde el Estado dominicano, según algunos conocedores, porque terminado el acuerdo es cuando se concluye con el pago. Otro punto es que en el país no hay empresas dedicadas a realizar ese trabajo, porque aquí no se ha hecho ese tipo de pasaporte, pero sí participan de manera consorciada con otras compañías.
Esperemos que en 2025 los dominicanos podamos dar el salto hacia un pasaporte más moderno y actualizado, que nos saque del atraso en el que estamos, que es necesario, siempre y cuando todas las partes involucradas hayan cumplido con sus responsabilidades, y que no haya ningún cuestionamiento al proceso.