Roberto Lebrón
En República Dominicana, lamentablemente, aún no tenemos una idea acabada de la importancia que tiene una institución como la Cruz Roja.
Y agrego, como mayor razón, que tampoco sabemos qué significa la Media Luna Roja y el Cristal Rojo, ambos organismos que ejercen su labor humanitaria en los países musulmanes y en Israel.
Se trata de una organización, para quienes no saben de qué se trata, de entidad reconocida por casi todos los países del mundo con símbolos reconocidos en el marco del Derecho Internacional Humanitario, lo que implica la responsabilidad de todos de respetar su accionar en todo momento y circunstancia.
Todo surge el 24 de junio de 1859, cuando el hombre de negocios Juan Enrique Dunant viajaba por el norte de Italia, específicamente por un lugar llamado Solferino, donde encontró a unos 40 mil hombres heridos y abandonados. Ante este episodio, doloroso por cierto, se dedicó a socorrerlos, junto a muchos residentes en la citada comunidad.
La experiencia de Dunant en Solferino fue, digamos, el embrión para la Cruz Roja que hoy conocemos. Fue a partir del desprendimiento y la buena voluntad de este hombre que el 8 de mayo de 1863 se reúnen, en Ginebra, por primera vez los fundadores de esta entidad que con el tiempo se ha convertido en una de más respetables del universo.
Proteger la vida en situaciones de guerra, catástrofes naturales o cualquier otra tragedia está entre las misiones primarias de la Cruz Roja. Por eso vimos que la institución diligencia asistencia médica, comida, vestido, protección y techo para las personas que sufren el impacto de situaciones como las antes enumeradas.
Neutralidad, imparcialidad e independencia son tres principios, de los siete que caracterizan a la organización, que juega un papel estelar en nuestro país., donde actúa como auxiliar del Estado -igual que en los demás países- en materia humanitaria. Por eso vemos a la CRD manejando campañas de prevención de enfermedades.
Y también por eso vemos a esa sociedad nacional, como se le llama a la Cruz Roja en los diferentes países, difundiendo mensajes familiares y de buena salud, campañas para promover el respeto a la diversidad y dignidad humana, recudir la exclusión social y erradicar la intolerancia y la discriminación.
Eso significa, como creen algunos, que la misión de la Cruz Roja no es solo donar sangre, sino que también juega un papel estelar en búsqueda y recate, atención pre-hospitalaria, suministro de agua potable, alojamiento temporal de personas necesitadas, en lo referente a su intervención en casos de desastres.
Recuerdo la labor desempeñada por la CRD después del terremoto que destruyó Puerto Príncipe, Haití, el 12 de enero de 2010. Fue una muestra clara de la capacidad que tienen sus ejecutivos y voluntarios para intervenir en caso de desastres, al margen del servicio de ambulancia y el apoyo psicológico y social a los niños vulnerables.
