El Papa y Maduro

El Papa y Maduro

El Papa y Maduro

Danilo Arbilla

El clima no era el mas proclive para la entrevista entre el papa Francisco y el presidente venezolano Nicolás Maduro.

Hubiera sido la segunda reunión entre ambos. La primera, hace dos años, fue breve, de 20 minutos ( y más que breve si se toma en cuenta la hora y 45 minutos que Jorge Bergoglio concedió hace pocos días a Cristina Fernández de Kirchner).

Difícil que aquella vez ,y en tan poco tiempo, Maduro haya salido “iluminado por dentro”, como dijo haber salido la presidenta argentina tras su quinto encuentro con su compatriota.

La entrevista con Maduro fue, además, muy de protocolo (nada que ver con las que mantiene con Cristina, a la que se dice que aconseja y además, ya con recibirla y con la fotografía le mejora la imagen). Incluso con el venezolano, según me contaron, Francisco se permitió alguna ironía. Como a la gran mayoría de sus visitantes, también le pidió : “rece por mi” y Maduro se comprometió a hacerlo, ante lo cual el Pontífice le aclaró : “ pero que sea a favor ”.

Hoy la situación es otra, no está para ironías y no se arregla rezando, ni por uno ni por el otro.

Cancelar la entrevista fue un alivio. Para ambos.

Lo del dolor de oído de Maduro no se lo cree nadie, al igual que sus denuncias sobre complots, invasiones y atentados. Tampoco es creíble lo del presidente y yerno de Chávez, Jorge Arreaza, que dijo en Roma que la reunión se postergó para dentro de unos meses. Pero, sea como sea, la suspensión ¿habrá sido una decisión unilateral venezolana?, ¿ no habrá sido el resultado de un acuerdo conveniente para ambas partes?

Hay quienes dicen que Maduro reculó, pero ¿ no habrán reculado los dos?

Es cierto que a Maduro, en estos momentos en que todos denuncian y condenan la situación imperante en Venezuela, no le convenía correr el riesgo de exponerse a una critica del Papa, el que por su parte, y dadas la circunstancias, no podía seguir esquivando el tema .

Es un hecho a su vez que, hoy por hoy, quien menos parece haberse percatado de lo que se vive en Venezuela es el papa Francisco, el que a lo sumo ha hablado de conciliación.

¿ Conciliación a esta altura? ¿ Con Maduro? Hasta la propia Unasur ya casi no utiliza ese argumento de la conciliación y el dialogo.

¿Querría el Papa hablar, decir algo sobre Venezuela?

El Pontífice ha sido bastante parco para hablar sobre lo que ocurre en muchos países neoprogresistas. Como que no ve cosas que pasan, por ejemplo, en Argentina (al respecto la diputada y candidata Elisa Carrio, tras calificarlo de peronista y señalar que cometió un gran error al recibir otra vez a Cristina, le advirtió que “ si se deja usar, lo pagará”). Tampoco ve, o dice poco, sobre lo que pasa en Cuba.

Y lo mismo con respecto a Ecuador y Bolivia, a cuyos presidentes festeja y a donde irá y dará misas, seguramente con ellos al lado.

¿Qué va a decir en sus sermones? ¿Va a denunciar la persecución política y los continuos ataques a la libertad de expresión en esos países?

¿En Ecuador, previamente va a someter su sermón a la Comision de Comunicaciones (de censura) como es obligatorio? ¿ Va a mirar para otro lado? ¿ Lo va a pasar por alto?

Lo de Venezuela, si se entrevistaba con Maduro, era imposible que lo pasara por alto. Cartas, pedidos y reclamos de innumerables personalidades y de reconocidas organizaciones le señalaban que era necesario que se sumara a las denuncias y que se lo planteara a Maduro.

Entre esas cartas, la que le escribieron los expresidentes de Colombia Andrés Pastrana y de Bolivia Jorge Tuto Quiroga en nombre de mas de 30 expresidentes es harto elocuente.

Tras relatarle lo que se vive en ese país advierten: “ Mientras todo esto ocurre en Venezuela, la comunidad democrática y los organismos multilaterales miran, contemporizan y callan” para concluir que “El silencio es cómplice y por eso recurrimos a Usted“.

Sería atrevido decir que “emplazaban” al Papa, pero lo ponían en un brete.

Con la cancelación de la entrevista con Maduro el Papa se quita ese lazo, aunque quizás ya con eso no baste. Como dijeron los presidentes, “el silencio es cómplice” y se espera que el Jefe de la Iglesia no se demore más en expresarse en forma clara sobre el régimen venezolano.



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