Ciudad del Vaticano.- El papa viaja mañana a Irlanda para el Encuentro Mundial de las Familias y aunque el tema serán los desafíos en el seno familiar, la visita se produce bajo la presión para que incremente su lucha contra los abusos sexuales del clero.
Francisco permanecerá solo 36 horas en Dublín, con una pequeña escapada al santuario de Konck, para participar exclusivamente en el Encuentro de las Familias, este evento católico creado por Juan Pablo II y que se celebra cada tres años.
En esta ocasión, el papa llega a este Encuentro después de haber escrito su exhortación Amoris Laetitia sobre la familia, sobre la que se reflexionará, y que contiene los problemas actuales y concretos como la educación de los hijos, la preparación al matrimonio, las familias en dificultad.
Pero el pontífice viaja a un país que hace una decena de años fue golpeado por un informe que documentó más de 2.500 casos de violencia sexual y todo tipo de abusos a menores por parte de los religiosos y religiosas irlandeses entre 1940 y 1980 y una red que se encargó de encubrirlo.
Y llega a Dublín después de que un igual demoledor informe de la Justicia de Pensilvania ha revelado también que al menos 1.000 menores sufrieron abusos sexuales por parte de unos 300 sacerdotes, igualmente encubiertos.
Aunque los casos son de hace decenas de años y la totalidad de los sacerdotes de los que se hablan o han muerto o fueron apartados de la Iglesia en su momento, se ha vuelto a pedir a Francisco que incremente la lucha contra estos crímenes.
Por el momento, lo que se ha anunciado anticipadamente para bajar la presión – en otros viajes nunca se anunció antes – es que el papa se reunirá con un grupo de víctimas de abusos.
También el papa se detendrá para un momento de recogimiento en una capilla del altar central de la pro-catedral de Santa María de Dublín, en donde se colocó hace tiempo una vela para recordar a las víctimas de diferentes abusos.
Y es probable que el papa en alguna de las seis intervenciones que haga se refiera abiertamente a los abusos en Irlanda. Además de los dos actos principales del Encuentro Mundial, el pontífice también ha querido visitar el centro de acogida de los Padres Capuchinos que da de comer a cerca 350 personas al día y reparte más de 1.000 paquetes diarios con bienes de primera necesidad a familias.
Otro de los momentos que no estaban incluidos en el programa inicial del papa será la parada para rezar ante el santuario donde se encuentra los restos de Matt Talbot (1856-1925), que aún se encuentra en proceso de beatificación, pero es muy venerado porque que era un obrero católico irlandés hijo de un padre alcoholizado y que también cayó en el alcoholismo y cuya conversión le ayudó a cambiar de vida.
Francisco, que ya estuvo dos meses en Irlanda en 1980 para aprender inglés, comenzará el viaje con la visita de cortesía al palacio presidencial irlandés, donde tras los discursos plantará un árbol como ya hizo Juan Pablo II en su viaje a ese país en 1979. Después encontrará a dos familias formada por parejas jóvenes en la catedral de Santa María y allí responderá a sus preguntas.
Concluirá la jornada con un encuentro en el Estadio Croke, donde tendrá lugar la llamada “Fiesta de las Familias” y escuchará los testimonios de seis familias procedentes de la India, Canadá, Irak, Irlanda y Burkina Faso.
Su segundo día en Irlanda comenzará con una visita al santuario de Knock, en el condado de Mayo, donde ya estuvo Juan Pablo II en 1979 y que es un importante lugar de peregrinación católica con cerca de un millón y medio de peregrinos cada año. En la explanada de este santuario presidirá el rezo del Ángelus y por la tarde oficiará la misa en el parque Phoenix, como evento final del Encuentro Mundial de las Familias en el que se anunciará la próxima ciudad que acogerá dentro de tres años este evento.
Francisco se encontrará con los obispos en el convento de las monjas dominicas y será a ellos a quienes les dirija su discurso del día, quizá en esta ocasión recordará la importancia y la responsabilidad de los prelados para cambiar la mentalidad en los casos de los abusos y del encubrimiento.