El presidente de Irak, Barham Saleh, aseguró ayer, al despedir al papa Francisco en su partida desde Bagdad, que su visita ha sido un mensaje de solidaridad con el país árabe y su presencia “una señal de paz y amor” que “permanecerá inmortal en los corazones” de los iraquíes.
El papa regresó ayer a Roma, tras su corta gira a Irak.