El papa León XIV advirtió que la Santa Sede no se quedará “de brazos cruzados” ante las violaciones de los derechos humanos en el mundo.
En un encuentro con trece nuevos embajadores acreditados ante el Vaticano, el Pontífice destacó que la diplomacia vaticana está orientada al “servicio de la humanidad”, siempre atenta a las voces de los más pobres y de quienes viven en situación de vulnerabilidad.
Esta declaración supone una de las intervenciones más directas de León XIV desde que asumió el pontificado en mayo, tras el fallecimiento de Francisco.
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De origen estadounidense y nacionalidad peruana, el Papa subrayó que las desigualdades y las injusticias siguen siendo prioridades urgentes para la Iglesia, en línea con el enfoque que mantuvo su predecesor.

El Pontífice también recordó el décimo aniversario de la beatificación de los mártires de Chimbote —los misioneros Michał Tomaszek, Zbigniew Strzałkowski y Alessandro Dordi— asesinados en 1991 por la guerrilla de Sendero Luminoso. Señaló que su ejemplo debe inspirar hoy a la unidad y a la misión dentro de la Iglesia universal, especialmente en un tiempo marcado por tensiones y divisiones.
Los nuevos diplomáticos recibidos representan a Uzbekistán, Moldavia, Bahréin, Sri Lanka, Pakistán, Liberia, Tailandia, Lesoto, Sudáfrica, Fiyi, Micronesia, Letonia y Finlandia.