Como cada año vemos filas de contribuyentes comprando la “placa” fuera de tiempo y la Amet “cazando” los infractores.
Dos cuestiones se deducen con claridad, a más de 1/3 de los dueños de vehículos les resulta ventajoso pagar después de vencido y la Amet durante algunos días descuida su trabajo esencial, que es velar por la buena marcha del flujo vehicular. ¡Definitivamente somos un paisaje!
Más grave aún, el gobierno castiga con impuestos más altos a quienes tienen vehículos nuevos y premia a los que anda en cacharros que ensucian y bloquean las vías.
Claro, el argumento recaudador es puro populismo, los que tienen vehículos nuevos son los “riquitos” y los que tienen esos cacharros son “los pobres padres de familia”.
Los segundos aportan más votos en las elecciones, siempre acompañados de 500 pesos o un pica-pollo.
Y están los “dueños del país”, frente a los cuales, este y los anteriores gobiernos están con los pantalones abajo. Demandan combustibles exonerados de impuestos, paralizan los muelles cuando les viene en gana y abren trochas en las nuevas autopistas para evadir el pago del peaje.
Para ellos la Amet son un grupo de “amet-maos” y los políticos carnitas fritas para degustar.
Los tontos somos nosotros, los que pagamos impuestos, los que cubrimos nuestros gastos, los que compramos la gasolina a como la pongan, los que pagamos peajes y debemos echarnos a un lado cuando unos de esos maleantes, en patanas o voladoras, nos agreden en calles y carreteras.
Nuestros votos valen menos.