Algunos de los equipos que se utilizan para evaluar la calidad de las córneas que el centro adquiere en el extranjero.
Santo Domingo.-La falta de una cultura de donación, en el caso específico de córneas, provocó que el año pasado el Centro Cardio-Neuro-Oftalmológico y Trasplante (Cecanot) invirtiera cerca de cinco millones de pesos en la adquisición de este tipo de tejido en el extranjero.
De este monto, el centro especializado dispone un 15 % para ayudar a pacientes de muy, pero muy escasos recursos económicos, lo que equivale a menos de un millón de pesos.
Así que el resto de las personas que requieran este tipo de trasplante tendría que buscar cerca de 130 mil pesos, por un solo ojo, si se realiza el procedimiento en un centro público, el cual incluye la adquisición del tejido.
En caso contrario, si opta por hacerlo a nivel privado deberá disponer de RD$200 mil. Estos no incluyen la recuperación pos quirúrgica.
Los especialistas del Cecanot lamentan que a pesar de tener un Banco de Córneas con capacidad de analizar y conservar este tejido deba comprarse, cuando se pudieran obtener esa córneas localmente mediante la donación, en este caso, la cadavérica.
El año pasado el centro especializado trasplantó 188 pacientes, de estos el 58 % fueron del género femenino y el restante masculino.
…hace 48 años
Ramón Graciano, jefe de Oftalmología del Cecanot, narra que en el país existe un Banco de Córneas desde 1969, es decir, hace 48 años, y estaba alojado en el hospital Luis Eduardo Aybar “Morgan”, donde se realizaron los primeros trasplantes.
Graciano cuenta que el país logró tener esta unidad gracias al apoyo de los doctores Manuel Valdez Guerrero y John Harrey King Jr.
El primero fue uno de los pioneros en avances de oftalmología y el segundo, un médico norteamericano que, además de dictar charlas y conferencias, también trajo al país las primeras córneas que se trasplantaron para esa época en el “Morgan”.
Graciano prosigue, y señala que Maireni Cabral Navarro, exdirector del Luis Eduardo Aybar para esos años, además de conseguir córneas para el banco se convirtió en el primero en donar las suyas.
Añade que Cabral manifestó, “Dono mis córneas al morir con la esperanza de que sirvan para devolverle la vista a un ciego que lo necesite, no importa su condición social, económica racial o política”.
El funcionario del centro especializado destaca que en sus inicios la unidad trabajaba con tejidos nativos.
“Y las que llegaban eran donadas por algunas instituciones, pero en sentido general eran mayormente nativas”, señala.
Graciano recuerda que el doctor Valdez Guerrero siempre decía que no era participe de las importaciones, “pues eso no cuenta con la calidad esperada, y el tiempo que dura una córnea de ser importada, de ser tomada del donante cadavérico, y ser puesta a un receptor en la República Dominicana tiene un promedio de entre diez y doce días, es decir, que es mucho tiempo.
“Las córneas mientras más frescas y más rápido se trasplantan es de mucho mejor calidad”, añade Graciano.
La unidad con el paso de los años fue creciendo, sin embargo, a raíz de una información distorsionada de que supuestamente le habían sacado los ojos a un joven provocó que el proyecto colapsara (por los años 1990).
Para esa época se contó con la ayuda de los clubes de Leones, que dictaban charlas con el fin de orientar a la población. Pero a parte de eso se han hecho algunos intentos, aunque añade que “todavía nos hace falta un gran programa de sensibilizar a la ciudadanía para que done los órganos y los tejidos. Eso hace falta”.
Demolido el hospital Luis Eduardo Aybar esta unidad fue absorbida por el Cecanot, donde hace 7 meses relanzó todo lo que es el Banco de Córneas del país.
Resalta que hoy día la nación cuenta con una entidad moderna que les permite analizar y preservar este tipo de tejido.
Graciano precisa que en el el caso de las córneas no importa la forma en que falleció el individuo.
Lamentó que se deba importar el 85 % de los tejidos que se trasplantan, ya que una sola cuesta cerca de 800 dólares.
“La mayoría de los trasplantes se realizan porque los pacientes compran su córnea”, cita.
Judith Portorreal es otra de las trasplantologas que laboran allí, e indica que en los Estados Unidos, por ejemplo, el trasplante de córnea es una cirugía electiva, porque tienen suficiente tejido; en el caso del país, siempre dependerá de la disponibilidad que se tenga.
…de seguir esperando donantes la lista llegaría a mil
La trasplantóloga Yésica Díaz, del Cecanot, precisa que para reducir la lista de pacientes que esperaban por un trasplante de córneas fue necesario comprar a un elevado costo al comprar ese tejido en el extranjero.
Narra que hace cuatro o cinco años el Cecanot tenía una lista de espera de más de 300 pacientes.
Sin embargo, hoy eso se redujo por la medida que se tomó, así que cada una de las galenas que labora en el centro tiene una lista de espera de menos 10 pacientes.
Destaca que esa cantidad en espera ocurrió porque no había una forma de adquirir córneas, luego se empezaron a comprar los tejidos en el exterior y así se pudo reducir la espera.
“Si hubiésemos estado esperando las donaciones locales al día de hoy tuviéramos más de mil pacientes en espera”, expresa.