Juan Mercado
Conseguir buenos receptores dominicanos es una de las tareas más difíciles para los cazatalentos de las Grandes Ligas.
Es evidente que es la posición que mayor debilidad presentamos. He tratado el tema con varios cazatalentos, quienes no tienen una explicación definida para que eso suceda. La mayoría considera que se debe a una debilidad intrínseca de nuestros muchachos, a los que se les dificulta bastante aprender a llevar a los lanzadores, sobresaliendo que no guardan informaciones.
Es evidente esa debilidad, porque en nuestra historia de Grandes Ligas solo sobresale Tony Peña como un genuino receptor defensivo.
En los últimos años se han proyectado a varios receptores dominicanos para ser estelares, sin embargo, ha sucumbido y lo peor es que ahora mismo no se vislumbra a ningún joven señalado para ser si siquiera titular.
El receptor Gary Sánchez subió con una cotización increíble con los Yanquis, pero sus problemas defensivos tienen su carrera atravesando por un momento muy peligroso.
Los Yanquis insistieron hasta la saciedad con Sánchez para que mejorará la defensa al recibir y el manejo de los lanzadores, pero no pudo, siendo lo peor que Gary se desenfocó de la ofensiva que siempre fue su fuerte y ahora no puede ser catcher ni bateador, perdiendo su puesto de titular.
Hasta ahora también luce que Francisco Mejía, de los Padres, a pesar de la cotización que alcanzó antes de subir a las Mayores con Cleveland, es un proyecto que se quedó en el camino.
Es lamentable, pero es una amarga realidad.
