MANAGUA, Nicaragua. Usted cierra los ojos y sueña. República Dominicana está lejos, y, sin embargo, nunca está más cerca que en estos momentos en que los latidos de nuestro corazón son tan vivos.
El azul del mar y del cielo, las palmeras de Las Américas, y del nordeste, el verdor del Cibao , Samaná y Puerto Plata transforman en imágenes multicolores nuestros sueños.
Pienso en Jarabacoa y Constanza, entre abismos insondables y bosques de un verdor de imperecederos matices. Decir amor y decir distancia es decir nostalgia y entonces se reafirma ese sentimiento que carece de límites y recordamos el mar multicolor de la avenida George Washington, las personas que caminan, los niños que juegan. Amigos, conocidos, parientes.
Resulta doloroso pensar en los días en que apareció la pandemia y fue como si el mundo se detuviera. El sueño, alterado y deshecho por el enigma humano, terminó por transformarse en pesadilla. Entonces empezaron a figurar en nuestra cotidianidad las cifras de cientos y miles de fallecidos y enfermos. Una nube oscura que se extendió por todas partes.
El miedo.
La proximidad misma de los comicios del pasado año, la actitud retorcida de unos oficiantes del poder que hizo pedazos la integridad espiritual del país dando paso a las prácticas más deleznables de toda nuestra historia, ya habían erosionado y descompuesto nuestra forma de vida y los ideales, sueños y esfuerzos por edificar un país mejor.
Mientras uno dialoga con las figuras relevantes de un país como Nicaragua donde es común el deseo y los esfuerzos por crear una sociedad mejor, uno siente la satisfacción de saber en la voz del presidente Abinader que en nuestra nación el turismo creció de cincuenta mil turistas en agosto del 2020 a 226 mil en marzo de este año.
La confianza en una administración responsable es la que produce el milagro. Solo que la moneda tiene dos caras. Las perspectivas de crecimiento del Caribe serán este año del 4.1 por ciento. El desempleo y la pobreza extrema ascenderán del 12.1 al 14.6. Pese a estas cifras en nuestro país se han creado 18 mil nuevos empleos y se han recuperado cerca de 40 mil directos e indirectos.
Los esfuerzos del presidente y su equipo están orientados a crear unos diez mil empleos cada mes. Preocupa que, a juicio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la pandemia, que nos ha dejado más pobres y endeudados, ha alterado gravemente nuestra estructura productiva (Eric Parrado). El daño es enorme. Una buena noticia, en otro orden, es que unas 700 mil personas ya han sido vacunadas contra el virus. (Raquel Peña).
Es edificante que la justicia prosiga incansable persiguiendo a los responsables de haber incurrido en fraudes y depredación masiva contra los dineros públicos y un número creciente de ex funcionarios y personas influyentes del periodo de gobierno 2012-2020 están detenidos o bajo proceso. Aún faltan muchos.
Hay que preservar la esperanza. Ejecutar una reingeniería de las instituciones a fin de transformar la república en un país de mujeres y hombres trabajadores, honestos, esperanzados, satisfechos.
Es imprescindible confrontar radicalmente la delincuencia. Aprobar el nuevo código procesal penal y castigar los antisociales con penas rigurosas que saquen de las calles a asesinos, ladrones, atracadores, narcotraficantes y pandilleros.
Recrear los mecanismos sociales para impedir los crímenes contra mujeres. Incrementar la protección a la niñez, y proseguir los auxilios en todos los órdenes de los sectores más desamparados de la sociedad.