El país del eterno asombro

El país del eterno asombro

El país del eterno asombro

Rafael Ramírez Ferreira

Porque… “El hombre sabio ve en las
Desventajas ajenas, las que debe evitar”

La sabiduría consiste no solo en
Ver lo que tienes ante ti, sino,
En prever lo que va a venir.
Publio Terencio.-

Lo mejor es no tratar de buscarle sentido a estos torbellinos de problemas que nos acosan por doquier como dominicanos, que al parecer aun somos. No aprendemos; no nos interesa aprender y como todo lo queremos a lo fácil, hemos encontrado quienes nos las pongan como nos gusta, mediante este arrollador de principios que lleva por nombre… ¡Los Políticos!

La razón, hace tiempo perdió su esencia; no existe en nuestro medio, somos simples instrumentos o marionetas manejados al través de un vulgar clientelismo político que solo nos ofrece circos, ingratitudes, maledicencias, sucias difamaciones y discursos floridos y justificadores sobre su pobre desempeño como defensores de los derechos que nos pertenecen a todos. Porque todo es pura basura y hasta penetran a nuestros hogares cual si fuesen cáncanas pero… ¡Venenosas!

Son ingratos e indolentes, criminales difamadores de honras ajenas. El padecer de las instituciones solo les sirve como motivo para manipular conciencias. Nos damos el lujo de tener un “representante” que cada vez que suele abrir su boca, es como si descubriera como mantener el hielo enterrado sin que se derrita, y por ese canal nauseabundo transcurre nuestra vida.

Hay Ángeles –según el libro más vendido en el mundo-, que al tratar de ser como Dios, perdieron la bondad del Cielo, como Lucifer, para poner un ejemplo. Por igual acontece en este terruño nuestro, donde desde periodistas, reales y verdaderos profesionales periodistas, de calibre, aunque con ambiciones sin límites -al igual que una gran mayoría de los políticos-, pasando hasta por Militares y Policías, que en este caso, no tratan de imitar al gran Dios de los Cielos sino, al rey del Infierno, personificado en diablillos terrenales, predictores de hecatombes sociales desde hace tiempo, donde muchas de las cuales se han hecho realidad gracias a que ellos mismos las han propiciado.

Y no es que sean malos, porque eso sería denigrarlos, bajarlos de categoría… ¡Son malísimos!, mucho más que eso, terriblemente malévolos e insensibles al dolor ajeno con tal de obtener y satisfacer sus deseos políticos y sus ganas de nombradía. Han hecho del terror mediático su arma predilecta.

Se han hecho héroes en base a estas facultades malignas y quizás, por medio de los genes, en unos casos, y en otros por medio de la imitación, crear toda una legión de lobos perversos, todos bien camuflados en la inofensiva vestimenta de Caperucita.

No son ladrones, pero los defienden y se benefician de eso sin aparentemente ensuciarse, y cuando le conviene, hasta reivindican su heredado “heroísmo”, conquistado en base a su siempre presente desvelo por “Patria”, si, esa misma que ellos han contribuido a prostituir.

Pues, son esas mismas alimañas las quehan convertido a este País en el reino de las tramas, los complot y los injuriosos cobardes que han hecho de la política un estercolero, donde bañan de heces fecales las honras de hombres que en su vida les ha pasado por la cabeza ser, defender u obstaculizar acciones en contra del desgraciado narcotráfico. Son los mismos que se prestan a hechos como las difamaciones a las que ahora han emprendido contra el ex-Presidente Leonel Fernández o, como en su oportunidad, ocurrió con el ex-Presidente Hipólito Mejía. Por donde quiera que lo vean, asquerosidad total, política podrida.

Y todo este tinglado de suciedad, es producido por la mente febril de determinado grupo de políticos y periodistas, a sabiendas, de que todo lo relacionado con estos hechos, de ser ciertos, han sido hechos por espalderos, si se quiere, por los “hombres de confianza del Presidente”, cual que sea este y allegados, que en nada tiene que ver la persona a quienes están llamados a defender y proteger de todo mal. Pero,continuaremos en la próxima entrega… ¡Si los políticos lo permiten! ¡Si señor!



TEMAS