Renaldo Bodden
«Gracias al Padre del Baloncesto Dominicano @JoseR. Peralta por sus felicitaciones, siempre pendiente de sus hijos», cierro la cita aparecida como tuit en la cuenta de Rafael Uribe, presidente de la Fedombal (Federación Dominicana de Baloncesto), a propósito del equipo sub-16 que clasificó al mundial sub-17 del año próximo.
El “otrora” Padre del Baloncesto, Don Virgilio Travieso Soto (1925-1980), nos dejó con apenas 55 años, pero con un legado imborrable, quizás inigualable, como jugador, técnico, dirigente, administrador y propulsor transparente por doquier que pasó. Y como si fuera poco fue el ideólogo-fundador de la Fedombal, junto a otros compañeros.
Hizo deportes y educación física a manos peladas, la mayoría de las veces poniendo de sus propios recursos y devolviendo los excedentes cuando recibía respaldo público y privado.
Cómo si eso fuera poco, por su capacidad y entereza fue director técnico del principal evento deportivo que ha montado el país, no necesariamente el de mayor magnitud: Los Docejuegos.
No es casual que el Palacio de los Deportes, justamente, lleve su nombre.
Nada, después de todo espero que haya sido una “falta personal” del amigo Uribe, y ojalá que no haya sido «la quinta»…¡Nos pechamos!
