El otro lado de la acera en Cabarete

El otro lado de la acera en Cabarete

El otro lado de la acera en Cabarete

Natalie Ruiz Casado.

Todos los que han ido a Cabarete probablemente no han cruzado la acera. Si usted desconoce la doble cara en este Distrito Municipal, entonces este artículo es para usted… así que siga leyendo.

Como casi todo en la historia dominicana, la desigualdad impera hasta en el sentido de orientación cuando se trata de establecer patrones de consumo. En el caso del lugar que me escogió para vivir, no hay excepciones para esta regla de la historia dominicana, ya que en, casi todas las personas que visitan el norte de la isla (específicamente por estos predios), solo se dan la “experiencia oficial”, luces cálidas a medianoche, pies descalzos como Shakira, mar, arena, y mucha buena onda… ignorando por completo la magia que se esconde del otro lado de esta acera, donde, a mi entender, es el espacio en que se concentra la mayor parte de la esencia en Cabarete: su gente. Este lugar se llama La Ciénaga.

Es el barrio más pobre de este distrito, y cuando digo pobre, es refiriéndome solo a la falta de oportunidades, porque de pobreza literal, no tiene mucho. Les cuento, este “lado” tiene la “combi completa” como dirían por ahí… cuenta con la laguna de Cabarete, una tremenda área protegida, con tremendo potencial para generar mucho dinero para las más de mil familias que viven aquí, y tremendos problemas para lograr que esto pase. Es un gran problema para los cabaretenses, ya que no la aprovechan para generar oportunidades, sino que la incendian ilegalmente, otros la usan de basurero, o para robarse el agua y venderla como potable, a través de camiones de agua… si, en Cabarete no solo escasea la visión de promover sus capacidades para mejorar la calidad de vida de su gente, sino que también escasea el acceso al agua potable.

Pero como este artículo no se trata de esto, sino de lo otro, me circunscribo solo a decirles que, en este barrio, hay comercios locales interesantes, aptos para promoverlos como un turismo sostenible, su gente, su “Flow”, el carisma de sus familias, es impresionante. La combinación entre la naturaleza y las capacidades de su gente hacen el binomio perfecto para generar las suficientes oportunidades como para que su gente pueda aumentar su calidad de vida y disminuir sus índices de pobreza. No solo eso, sino que podríamos generar la cantidad de recursos económicos necesarios para poder alcanzar metas que posicionen a la República Dominicana como el destino turístico ideal para hacer deportes acuáticos. Todo esto y más lo tiene La Ciénega de Cabarete.

Les invito a cruzar la acera. Exploren este espacio que tiene las mejores vistas, atardeceres desde la laguna… es más, hay un espacio que unos holandeses lo han transformado en lo que me gustaría que fuese el futuro de este barrio, Kibayo. Es una estructura de bajo impacto ambiental, con una proyección comercial hacia la laguna, donde los que van, vuelven, porque se sienten en un espacio de paz, naturaleza, totalmente diferente a lo que estamos acostumbrados, y esto ocurre del otro lado de la ciénaga. Por eso insisto con la idea de que Cabarete necesita un liderazgo político “salado”, que promueva y proteja la esencia de este lugar, que es el viento y las olas, aunque en este caso estamos hablando de la laguna, este recurso puede servir de aliado estratégico para posicionar a Cabarete como un destino de turismo sostenible para la República Dominicana. Somos uno de los pocos lugares que cuenta con tanta diversidad y con un estilo de vida holístico, que permite la experiencia de varios perfiles sociológicos, eso, visto desde un punto políticamente estratégico, nos convierte en una oferta única que representa una importante fuente de ingreso para nuestro país. Aquí solo falta voluntad política para lograr esta meta.

Cuando vuelva a Cabarete, les invito a cruzar la acera.



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