“No habríamos hecho esto si no estuviéramos necesitados”, dijo este domingo un habitante de Gaza.
Miles de residentes irrumpieron en almacenes y centros de distribución de ayuda de las Naciones Unidas (ONU) ubicados en el sur y en el centro de la Franja y se llevaron harina y otros suministros básicos, como artículos de higiene.
Así lo informó en un comunicado publicado este domingo la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA).
«Esta es una señal preocupante de que el orden civil está empezando a desmoronarse después de tres semanas de guerra y un estricto asedio a Gaza», señaló Thomas White, director de la UNRWA en la Franja.
«La gente está asustada, frustrada y desesperada. Las tensiones y el miedo empeoran con los cortes en las líneas telefónicas y de comunicación por internet. Sienten que están solos, aislados de sus familias dentro de Gaza y del resto del mundo».
Mientras tanto, médicos y la Media Luna Roja Palestina en Gaza informaron, este domingo, que Israel les dijo que evacuen el hospital Al-Quds, que es clave en la ciudad de Gaza y donde hay al menos 400 pacientes siendo tratados.
«En la situación actual, evacuar a los pacientes, incluidos los que están en cuidados intensivos, los que reciben soporte vital y los bebés en incubadoras, es casi imposible, si no imposible”, dice una declaración emitida por la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja.
También se cree que alrededor de 14.000 civiles se encuentran refugiados en el centro médico y en sus alrededores, donde este domingo se oyeron explosiones.
“La gente tiene hambre”
El impacto de la guerra de Israel contra el grupo militante radical Hamás ha sido devastador para miles de familias en Gaza.
«No tenemos harina, ni ayuda, ni agua, ni siquiera baños», le dijo Abdulrahman al-Kilani a la agencia de noticias AFP.
«Nuestras casas fueron destruidas. Nadie se preocupa por nosotros. Hacemos un llamado a los pueblos del mundo. Todas las potencias internacionales están en contra de nosotros. Necesitábamos ayuda y no habríamos hecho esto si no estuviéramos necesitados».
Frente al depósito de distribución de Deir al-Balah, en el centro de la Franja, Um Samer al-Attar describió las condiciones a las que se enfrentaban los residentes de la zona.
«Necesitamos agua, necesitamos alimentos, estamos hambrientos», dijo.
«Esto es totalmente injusto. Nuestros niños no pueden dormir (de hambre y sed). Necesitamos darles agua y comida».
Las líneas telefónicas y las conexiones a internet han estado regresando lentamente después de que el sábado hubo apagón casi total de las comunicaciones en Gaza.
Abeer Etefa, una vocera del Programa Mundial de Alimentos (PMA), dijo que la entrada de la población en los almacenes de varios centros de distribución de ayuda en Gaza eran «de esperarse» debido a las «difíciles condiciones que enfrenta la población».
En declaraciones a la BBC, el domingo, Etefa dijo que «la conclusión es que la gente está desesperada, tiene hambre».
Cree que el apagón telefónico y de internet del sábado pudo haber contribuido a lo ocurrido en los almacenes y centros de distribución.
De acuerdo con la funcionaria, el PMA tuvo que detener su distribución de alimentos porque no pudo comunicarse con los equipos en el terreno.
«Estamos reanudándola hoy (domingo) ya que el servicio está regresando lentamente».
De hecho, en su comunicado del domingo, la UNRWA señaló que hasta la fecha, poco más de 80 camiones con ayuda cruzaron a Gaza en una semana y que el sábado no hubo ningún convoy debido al corte de las comunicaciones.
La UNRWA, que es el principal organismo para la recepción y almacenamiento de la ayuda en la Franja de Gaza, no pudo comunicarse con las diferentes partes involucradas para coordinar el paso del convoy.
“El actual sistema de convoyes está destinado al fracaso. Muy pocos camiones, procesos lentos, inspecciones estrictas, suministros que no cumplen con los requisitos de la UNRWA y otras organizaciones de ayuda y, sobre todo, la prohibición actual del combustible, son la receta para un sistema fallido».
«Hacemos un llamado a un flujo regular y constante de suministros humanitarios hacia la Franja de Gaza para responder a las necesidades, especialmente a medida que aumentan las tensiones y frustraciones”, dijo White.
Inspecciones de Israel
El Ministerio de Salud de Gaza, dirigido por Hamás, dijo que más de 8.000 personas han muerto en Gaza desde que Israel comenzó a bombardear el territorio.
La Organización Mundial de la Salud dijo el viernes que el 40% de los muertos eran niños.
Hamás mató a más de 1.400 personas en Israel en los ataques del 7 de octubre, la mayoría civiles, y tomó más de 200 rehenes, lo que provocó la reacción militar israelí.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, advirtió que, cada hora, la situación en Gaza se vuelve más desesperada y volvió a reiterar su llamado a un alto el fuego.
Israel dijo que Egipto y Estados Unidos ampliarían la ayuda humanitaria a Gaza el domingo.
Sin embargo, Egipto culpó al régimen de inspección de Israel por el retraso.
Ahmad Abou-Zaid, un portavoz del ministerio de Asuntos Exteriores de Egipto, dijo que cientos de camiones con ayuda para Gaza estaban siendo retenidos por lo que calificó como el complicado escrutinio de Israel.
“Zonas humanitarias seguras”
El periodista de la BBC Wyre Davies, quien se encuentra en Jerusalén, señaló que una división del ejército israelí responsable de supervisar los asuntos civiles en Gaza (COGAT), dijo este domingo que permitiría un aumento de suministros a través del cruce de Rafah en los próximos días.
Un portavoz dijo que la ayuda (no relacionada con combustible) se distribuiría a través de la ONU en lo que llamó “zonas humanitarias seguras” en el sur de Gaza, alrededor de Khan Younis.
La ONU y otras agencias de ayuda han descrito la situación en Gaza como una crisis humanitaria. Con un promedio de menos de 20 camiones con ayuda básica que cruzan la frontera cada día, la necesidad se ha vuelto enorme.
Pero el portavoz de COGAT sugirió que la crisis en Gaza no era tan grave como las agencias de ayuda indicaban.
En una sesión informativa, dijo que «no había escasez de alimentos» en Gaza, que el suministro de agua era «suficiente para satisfacer las necesidades humanitarias» y que Israel había abierto dos líneas de suministro de agua en el sur.
El portavoz también dio a entender que había muchos suministros médicos pero que Hamás los controlaba estrictamente.
El corresponsal de la BBC, Rushdi Abualouf, señaló desde un campamento para refugiados en Gaza que unas 2.000 familias están luchando por encontrar agua, comida y baños, y hay muy pocos medicamentos para quienes los necesitan.
La ONU ha hecho repetidos llamamientos para que se incluya combustible en los envíos de ayuda ya que es vital para el funcionamiento de instalaciones médicas y otras infraestructuras como plantas desalinizadoras de agua.
Pero eso lo ha refutado repetidamente por Israel, que dice que los suministros de combustible existentes estaban estrictamente controlados por Hamás y que los suministros de energía alternativa, incluida la solar, estaban disponibles para los hospitales.