«Si no suma, que no reste «… Vox Pópuli
A lo largo de este tiempo, corren rumores e incertidumbres, sobre el tema de la carrera pública en las instituciones del Estado.
En agosto del 2008, conocemos del organismo que regirá las normativas de la función pública, amparado en la ley 41-08.
Correspondió a la Administración Fernández Reyna, implementar y gestar las bases de un ministerio que organizaría a los servidores del Estado. Hasta ahí, todo bien.
Pese a las excelentes intenciones de modernizar la burocracia estatal, para que el país avanzará en estos aspectos institucionales y lograra los beneficios y niveles de organicidad que este proyecto supone, claras sospechas de continuismo a la fuerza en la burocracia del Estado afloraron, cuando se hizo evidente que un partido hegemónico, centralizador, con aireadas prácticas de posesión, desvelaba una estrategia para seguir en control de la Administración, no importa si perdía las elecciones.
En otras palabras, instrumentalizar el valor organizativo del Estado en la búsqueda de su eficiencia, no debía ser una tarea politizada del Ministerio de la Administración Pública.
Todo lo contrario, ese ministerio con sus mecanismos selecciona el mejor personal
para la administración pública, en esa libre competencia de conocimientos humanos,
el universo partidario, no tiene nada que hacer…
Por ejemplo, en el modelo español se le llama oposiciones, las mismas tienen sus reglas y son abiertas, luego existen también los concursos de promoción interna para funcionarios, que tienen la posibilidad ascender en su categoría laborar…
Quien gana tiene el cargo o plaza de por vida… En España es una vieja tradición y preparar las oposiciones para un cargo público, se toma muy en serio, el tema no es tan simple allí…
Es decir, al ser abierta las oposiciones en España, es normal encontrar postulantes de todos los partidos políticos existentes en el país, no de uno solo…
Ese detalle indica el carácter democrático, que el tema tiene…
Aquí en República Dominicana, donde los concursos no siempre son abiertos, véase
los elementos constitutivos del Ministerio de la Administración Pública:
La existencia de ese ministerio tiene como misión, según explica su portal electrónico: «El Ministerio de Administración Pública, MAP, es el órgano rector del empleo público y de los distintos sistemas y regímenes previstos por la Ley de Función Pública, del fortalecimiento institucional de la Administración Pública, y de los procesos de evaluación de la gestión institucional. «…
Además:
“a) Garantizar la profesionalización de la Administración Pública e implantar un sistema racional y moderno de gestión de los recursos humanos.
- b) Diseñar, ejecutar y evaluar políticas, planes y estrategias para el fortalecimiento institucional de la Administración Pública, proponiendo reformas de las estructuras orgánica y funcional de la misma.
- c) Propiciar y garantizar el más alto nivel de efectividad, calidad y eficiencia de la función pública del Estado, implantando modelos de gestión de Calidad y promoviendo la evaluación del desempeño institucional. «…
Esas son sus funciones primordiales…
Lo que no tiene sentido alguno, es observar lo que hora se observa y que amerita
una pregunta inevitable:
¿Tiene derecho un funcionariado en nombre de una militancia política determinada, morada para mejores señas, obstruir el funcionamiento de instituciones por razones de dogma o revanchismo de partido?…
La vocación de servicio público, su calidad en beneficio de los ciudadanos, no debe estar caracterizada por visiones estrechas o posiciones equivocadas, con respecto a lo debe ser el paradigma de un funcionario de carrera, cuya misión inalterable, es servir a cualquier gobierno, no importa su naturaleza o color político, dentro del Estado.
De hecho, un funcionario de carrera en la administración si por algo se debe caracterizar es por su alta visión de servicio, dada su preparación, a la sociedad donde vive y labora…
De seguir como se observa, el espacio de la carrera administrativa se convertirá en un nuevo campo de batalla para política sucia, cuando debiese ser un espacio donde se demuestren capacidades, talentos y disciplinas al servicio del rigor y la inteligencia, soporte de una sociedad que desea avanzar como otras, que han logrado remozar los oficios y las competencias burocráticas de los gobiernos existentes…
Ser funcionario de carrera, no puede ser un instrumento blandido contra la organización primaria de un gobierno que se inicia, no sentido alguno y lógica mucho menos.
De igual manera, debe quedar claro que cuando una campaña electoral termina, las personas que prestaron su apoyo y ayuda a esa campaña, no pueden aspirar a puestos cuya imposible capacidad intelectual o formación, les impide: entender eso, sin fanatismo militante, se impone a esta hora, de lo contrario el pandemónium no concluye…
Cuando el tema de la carrera administrativa se esgrima como un obstáculo para sabotear el despegue de las instituciones del nuevo gobierno, ahí se tiene la evidencia concreta de que se persigue, en intención, esa idea trasnochada de tildar de Gobierno-Nonato, el que no arranca, el que envejece antes de tiempo, así las cosas: «huele a peligro «, cruzarse de brazo como si se desconociera que la herida electoral cuece aún con ardiente limón…(CFE )