El activista de los derechos humanos Martin Luther King dijo que “he decidido seguir con el amor; el odio es una carga demasiado grande para soportar”.
En el psicoanálisis, Sigmund Freud define el odio como “un estado del yo que desea destruir la fuente de su infelicidad”.
La psicología lo define como un sentimiento “profundo y duradero, intensa expresión de animosidad, ira y hostilidad hacia una persona, grupo u objeto”. En definitiva, ciertamente, el odio es una pesada carga de la que hay que desprenderse.