WASHINGTON.— Se suponía que la última versión del avión de Boeing más vendido de la historia le daría un fuerte impulso a las finanzas de la compañía durante años.
Sin embargo, en lugar de eso se ha transformado en su mayor dolor de cabeza, con más de 40 países — incluido Estados Unidos, que fue uno de los últimos en aceptarlo — ordenando suspender los vuelos con el 737 Max 8 tras un segundo choque fatal que resultó ser la gota que derramó el vaso.
La Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA por sus siglas en inglés) emitió el miércoles una orden de emergencia para que los 737 se quedaran en las pistas.
La agencia se había negado a hacerlo en los días posteriores al accidente de un Max 8 operado por Ethiopian Airlines que causó 157 muertos el domingo.
Según la FAA, lo que le hizo cambiar de opinión fue información mejorada de rastreo satelital y las evidencias físicas en el terreno que vincularon los movimientos del aparato etíope con los del vuelo de la indonesia Lion Air que se desplomó en el mar de Java en octubre con 189 personas a bordo.
“Esa evidencia acerca al vuelo etíope al de Lion Air, a lo que sabemos que le sucedió al de Lion Air», dijo Daniel Elwell, administrador interino de la FAA.
Representantes de Lion Air dijeron que los sensores de su avión proporcionaron información errónea en sus últimos cuatro vuelos, lo que activó la orden automática de inclinar el morro de la aeronave hacia abajo, algo que los pilotos del último viaje no pudieron revertir.
La autoridad francesa encargada de investigar accidentes aéreos, BEA (por sus siglas en francés), dijo el jueves que analizará las “cajas negras», los dispositivos de color naranja brillante que graban los datos de vuelo y las voces de cabina, que fueron recuperadas en el lugar del siniestro de Ethiopian Airlines.
Un funcionario de la BEA dijo a The Associated Press que los dispositivos ya estaban en Francia, pero no ofreció una estimación sobre cuánto podría durar el análisis.
La agencia tiene experiencia en accidentes aéreos en todo el mundo, especialmente en aquellos con aeroplanos de Airbus, una empresa asentada en el país.
Desde su estreno en 2017, Boeing ha entregado más de 350 Max en diferentes versiones que varían en tamaño. Docenas de líneas aéreas de todo el mundo compraron el avión por su eficiente consumo de combustible y su utilidad para vuelos de corta y media distancia.
La prohibición de volar con él tendrá un fuerte impacto financiero para el fabricante, al menos en el corto plazo, apuntó John Cox, un piloto veterano y director general de Safety Operating Systems. Pero Boeing se recuperará porque los aviones suelen volar hasta 40 años y cualquier corrección se efectuará rápidamente, agregó.
Las aerolíneas afectadas podrían llamar a la puerta de Boeing reclamando daños. Norwegian Airlines dijo que solicitará una compensación tras verse obligada a parar toda su flota y otras aerolíneas podrían seguir sus pasos, lo que supondría un elevado costo para el fabricante.
Las acciones de la empresa, con sede en Chicago, subieron 1,73 dólares, alrededor de un 0,5%, a 377,14 dólares el miércoles tras perder más de un 11% en los dos primeros días de cotización de la semana.
Los títulos siguen acumulando una ganancia del 17% en el año.