Me solidarizo completamente con el contenido del escrito de Chiqui Vicioso, en el cual sugiere otorgarle a Cuba el Premio Nobel de la Paz, por la labor que por más de cincuenta años han hecho los médicos de ese país en beneficio de los pueblos del mundo.
Ya hace meses el Maestro de la Medicina, doctor Erasmo Vásquez, había hecho la misma petición, que tuvo acogida incluso en medios internacionales.
Sería un reconocimiento a la vocación de servicio, la solidaridad y el valor moral de unos profesionales que han llevado vida y salud a todos los continentes, al cumplir seiscientas mil misiones en ciento sesenta y cuatro países, algunos de ellos afectados por enfermedades tan contagiosas como el ébola, el sida y ahora, el Coronavirus.
En cualquier lugar del mundo donde surja la necesidad de la cooperación médica está dispuesto a acudir el personal médico cubano y los propios Estados Unidos sirven para reforzar esta verdad. Cuando el huracán Catrina azotó a ese gran país los primeros en extender su mano generosa fueron los profesionales de la medicina de Cuba.
Ya antes, esos mismos profesionales habían acudido en ayuda de las víctimas del accidente nuclear de Chernovil en 1991, en la antigua Unión Soviética. Venezuela, Bolivia, muchos países africanos y ahora la muy moderna y capitalista Italia, han sido favorecidos por lo que Cuba y sus médicos han considerado siempre un alto deber moral y humano, la cooperación internacional.
Y ahí precisamente reside la diferencia. El mundo capitalista forma médicos en el concepto del interés personal y la ganancia neta. Para ese sistema la medicina es mera mercancía y quiere inculcarle el médico formado en sus escuelas, la idea de en cada enfermo vea un clienta y no un paciente. El orden social y el adoctrinamiento en Cuba se rigen por normas completamente opuestas.
Fidel en ocasión estableció la diferencia entre los que envían millares de soldados a invadir pueblos pacíficos, y Cuba que manda brigadas de médicos a procurar salud y salvar vidas. Con eso ha hecho un invalorable aporte a la causa de la paz.
Vamos a clamar porque con ese Nobel a Cuba se reconozca el mérito de su personal médico, se premien la virtud de la generosidad llevada más allá de todas las fronteras.
Al mundo actual le hace falta un reconocimiento así y Cuba y su personal de salud se lo tienen de sobra merecido.