El Nobel de la Paz y la mujer

El Nobel de la Paz y la mujer

El Nobel de la Paz y la mujer

Fue concedido el Nobel de la Paz a dos figuras desconocidas para el mundo, pero muy vinculadas en la causa de la violencia contra las mujeres; por las mismas razones no se concedió su semejante, de Literatura, por escándalos de abusos sexuales en la Academia sueca,

En todo el planeta, en el mundo de Hollywood, y en subculturas de todos los pueblos, está el flagelo de la violencia contra la mujer. Este año fue alarmante la cantidad de casos denunciados y las innúmeras personas que terminaron en la Justicia por esas mismas ofensas.

Hay Estados denunciados también, como el Estado Islámico en África Occidental, conocido como Boko Haram, por el secuestro y violación sexual de más 200 niñas en una escuela en Jibik.

Este 2018, un médico congolés y una víctima iraquí de violación sexual son los ganadores del Premio Nobel de la Paz. Fueron seleccionados de 331 candidaturas, entre los que se incluyeron los líderes mundiales DonaldTrump y Kim Jun-Un, las peores opciones, si me permiten creerlo.

Fueron 216 aspirantes, que correspondían a personas, y 115 aspirantes eran de grupos u organizaciones, según el Comité de Oslo.

Para los que sigan las trayectorias de los galardonados, ambos fueron ganadores del Premio Sajárov que concede el Parlamento Europeo, en Estrasburgo (2014, 2016); también por la lucha que han llevado en favor la sempiterna violencia sexual secular y la trata de personas que nunca termina.

El mundo entero está enterado de lo que está ocurriendo en el barrio de Panzi, ciudad de Bukavu, en la República Democrática del Congo, donde hay una guerra entre grupos armados que destruyen a las mujeres con agresiones sexuales sumarias. Allí está la clínica del doctor Mukwege, quien dice atender a “mujeres rotas”.

También se sabe lo que le ocurrió a Nadia Murad Basee Taha (kurda, nacida en 1993), tomada como esclava, el 15 de agosto de 2014. Según cuenta en sus memorias, titulada: “Yo seré la última: historia de mi cautiverio y mi lucha contra el Estado islámico”, ella fue retenida en condiciones de esclava en Mosul, y en febrero de 2015 dio al mundo su testimonio sobre la situación de trata humana de tantas mujeres, como ella. Ese mismo año se hizo la acusación formal por ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, y recibió apoyo para “concienciar sobre el tráfico de personas y los refugiados”.

Estas violencias extremas las produjeron Estados con vocación genocidas.
Las mismas son masacres que están compuestas de secuestros, explotación sexual, torturas violaciones de derechos humanos.