Las diferencias entre el cerebro de los humanos modernos y los neandertales pudo haber influido en su misteriosa extinción.
Si eran físicamente robustos y tenían capacidades intelectuales y de organización tan avanzadas… ¿por qué se extinguieron los neandertales?
Su rápida desaparición hace unos 40.000 años es uno de los grandes misterios de la paleontología.
Son muchos los estudios que han apuntado a posibles causas de su declive para entender cómo pudieron sobrevivir miles de años a las duras condiciones de la Edad de Hielo, pero sucumbieron ante la llegada de una nueva especie procedente de África: el Homo sapiens.
Ahora, una investigación internacional concluyó que las diferencias anatómicas entre el cerebro de ambos grupos humanos podrían haber influido en la extinción de los neandertales.
En concreto, el estudio liderado por científicos japoneses y publicado este jueves en la revista Scientific Reports confirma que, aunque el cerebro de los neandertales era más grande que el de nuestros ancestros, su cerebelo era menor.
Esta parte inferior del cerebro cercana a la columna vertebral es la encargada de regular capacidades como el movimiento o el equilibro, y está relacionada con funciones como la capacidad de concentración, el desarrollo de la memoria, el aprendizaje o el procesamiento del lenguaje.
«Al tener un cerebelo más pequeño, pude concluirse que los neandertales no tenían capacidades cognitivas tan refinadas como los humanos modernos, es decir, todas aquellas que te hacen socializar con mucha más intensidad», le dice a BBC Mundo Marcia Ponce de León, antropóloga boliviana que participó en el estudio desde el Instituto de Zúrich, Suiza.
Según los autores, ese mayor desarrollo de habilidades cognitivas y sociales les sirvió a los Homo sapiens para adaptarse mejor a los cambios del entorno y aumentar sus posibilidades de supervivencia en comparación con los neandertales.
Reconstrucción sobre resonancias
Para llevar a cabo el estudio, los investigadores reconstruyeron de manera virtual los cráneos de neandertales y de los primeros Homo sapiens a partir de fósiles y mediante técnicas de anatomía neuronal computerizada.
Posteriormente se trabajó para modelar un cerebro promedio humano, para lo que se utilizó como base una gran muestra de cerca de 1.200 resonancias magnéticas actuales de personas voluntarias en buen estado de salud.
A partir de estos datos actuales, se utilizó la técnica ‘morphing’ para reconstruir en tres dimensiones la forma probable del cerebro de un fósil.
Esta técnica, según la científica boliviana, es «compleja y laboriosa, pero bastante fiable».
El cerebro virtual obtenido con las resonancias fue deformado para adaptarse a los cráneos de los neandertales y los Homo sapiens primitivos.
«Es como si sacaras el contenido de una naranja y lo pusieras en la cáscara de una toronja para ver cómo encaja y qué es lo que ocurre», explica de manera sencilla Ponce de León.
Ello permitió identificar diferencias clave entre las dos especies como el tamaño del cerebelo y la correlación con una mayor capacidad de los Homo sapienspara procesar la información que recibían.
Un gran misterio
Ponce de León destaca las conclusiones del estudio, pero recuerda que este sería solo uno entre los varios factores que influyeron en la extinción de los neandertales.
«Los huesos y restos fósiles que se encuentran son normalmente fragmentos. No te cuentan la historia completa sino solo una parte, porque faltan las partes blandas», le dice a BBC Mundo.
«En paleoantropología siempre hay un porcentaje de interpretación. Por eso, no se puede aseverar al 100% que esta fue la causa de su desaparición, pero desde luego hay señales que apuntan a que podría haber sido así».
Los neandertales vivieron en Europa hace al menos 200.000 años y desaparecieron hace unos 40.000, después de la llegada de los Homo sapiens al continente.
Con una gran capacidad craneal y un físico robusto, a los neandertales se les atribuyen avanzadas capacidades como la de formar sociedades complejas, fabricar medicamentos naturales e incluso crear arte abstracto.
Por ello, el motivo de su desaparición sigue siendo una incógnita quepaleoantropólogos de todo el mundo continúan investigando.