El escritor estadounidense de ciencia ficción Frank Herbert dijo que “el misterio de la vida no es un problema a resolver, sino una realidad a experimentar”.
Difícilmente, el hombre pueda desenmarañar el misterio de la vida, por lo que lo recomendable es que lo vea como una cuestión de realismo mágico, es decir, una especie de preocupación estilística, procurando mostrar lo irreal o extraño semejante a lo cotidiano.