Santo Domingo.- La semipresencialidad o “blended learning” (b-learning) es definida por la doctora María del Carmen Horno Cheliz como el proceso educativo donde se combinan una serie de sesiones presenciales.
“Este tipo de educación combina un tiempo de trabajo autónomo no presencial (individual o colaborativo), donde se pueden utilizar como apoyo las tecnologías de la información y comunicación y otro supervisado”, indica.
Esta modalidad trae múltiples ventajas para las instituciones educativas, que ven en la misma una forma de renovar modelos educativos obsoletos y ajustar sus procesos académicos a las exigencias de la sociedad actual, así lo expresa la especialista Rosa María Cruz Bejarán.
Cruz Bejarán señala que esta modalidad se convierte para los docentes en una herramienta que les permite innovar en el proceso de enseñanza-aprendizaje, desde un mayor manejo del tiempo hasta la posibilidad de identificar mejor las necesidades individuales de sus alumnos.
“Con el apoyo de los entornos virtuales, el estudio semipresencial se siente cada vez más presente en las instituciones educativas. Aulas virtuales, redes sociales, blogs, “wikis” y una gran cantidad de herramientas tecnológicas constituyen el soporte para sustituir los encuentros presenciales entre docentes y estudiantes”, explica Cruz Bejarán.
Asegura también que el éxito de todo proyecto educativo depende en igual medida del compromiso de los actores involucrados y corresponde a los docentes, diseñar y gestionar adecuadamente los cursos que se desarrollan en entornos virtuales, explicando en qué consiste, sus ventajas, implicaciones y beneficios para el proceso de enseñanza-aprendizaje.
En los estudiantes
“Como docentes, ¿cuántas veces nos ponemos en los zapatos de nuestros estudiantes? Sin lugar a dudas, la semipresencialidad bien dirigida y diseñada fortalece los procesos educativos. Es tiempo de contribuir con esto y de comenzar a ver en nuestros estudiantes, los verdaderos aliados en este proceso”, expresó.