Es una inyección, sí. Pero no como la conocemos. Se trata de un dispositivo especial, con una pequeña aguja y no la tradicional jeringa, que se puede adquirir por un dólar.
El acuerdo lo alcanzaron la Fundación Gates (que coordina el fundador de Microsoft, Bill Gates), la compañía farmacéutica Pfizer y la Fundación para la Inversión en la Infancia.
Este dispositivo fue utilizado antes para combatir la hepatitis B en Indonesia y Burkina Faso fue el primer país en utilizarlo como método anticonceptivo.
Soré Neimatou, de 20 años, es una de las primeras pacientes en probar el dispositivo.
«Tengo un novio, pero no quiero quedar embarazada. Primero me quiero casar», dijo.
Neimatou nunca ha utilizado anticonceptivos y quiere darle una opción a los métodos disponibles.
Ella escogió la nueva inyección, que es conocida como Sayana Press.
Más aceptada e higiénica
Una de las ventajas de Sayana Press es que ya viene lista para ser utilizada y no necesita ser preparada como la jeringa.
La droga puede ser inyectada simplemente con apretar una válvula. Con una dosis, una joven como Neimatou tendrá protección por tres meses.
Gracias a su diseño, llamado Uniject, no hay riesgos de dosis mal aplicadas y además, como no es posible volver a utilizarla, evita el peligro de infecciones que se dan al compartir una aguja.
La simplicidad también es un aliado para los enfermeros, porque pueden entrenarse más rápido para aplicar el anticonceptivo.
Kadidia Diallo, una de las matronas que tienen trato directo con jóvenes como Neimatou, afirma que la Sayana tiene más opciones de ser aceptada por las adolescentes en las zonas rurales.
«Normalmente con la jeringa tendríamos que inyectarlas en la parte superior de la nalga o de su pierna. Ahora sólo tienen que estirar el brazo», precisó Diallo.
Y añadió: «Eso es una ventaja, porque muchas mujeres no vienen al centro médico a aplicarse inyecciones porque prácticamente tienen que desvestirse. Esto es más discreto».
Oportunidades para las mujeres
En los primeros ensayos, las mujeres reportaron sentir menos dolor que con las inyecciones convencionales.
Rahimata Tiendrébéogo, de 18 años, también quiere utilizar el nuevo dispositivo.
Ella quiere ir a la universidad para estudiar inglés y ha visto que la mayoría de sus amigas, especialmente las más pobres, están embarazadas.
«No me parece bien que las mujeres tengamos bebés tan jóvenes, porque la mayoría somos apenas estudiantes y no tenemos los recursos para hacernos cargo de un niño», explicó Tiendrébéogo.
«Yo soy independiente y quiero ser una mujer responsable», añadió.
La falta de métodos anticonceptivos sigue siendo un problema en África subsahariana.
Al menos a un cuarto de la población femenina en Burkina Faso le gustaría poder planear su familia, quedando embarazadas cuando ellas quieran.
En promedio, las mujeres tienen allí seis hijos.
Aunque se ha duplicado el número de mujeres que utiliza algún método anticonceptivo en África en los últimos 20 años, es mucho más difícil conseguir este tratamiento para aquellas jóvenes que no tienen educación, son pobres y viven en áreas rurales.
Largos años de trabajo
La Organización Mundial de la Salud calcula que en el mundo existen 222 millones de mujeres en países en desarrollo a quienes les gustaría demorar o detener sus opciones de concebir un niño, pero que actualmente no utilizan ningún método de control de natalidad.
Los anticonceptivos son ampliamente usados por las mujeres de los países en desarrollo, donde el riesgo de morir por un embarazo es casi de uno de cada 15 casos.
Ahora, los próximos países que comenzarán a utilizar Sayana son Níger, Senegal y Uganda.
El lanzamiento del método barato llega después de muchos años de trabajo desarrollado por PATH, la organización que se ha encargado de sacar adelante el proyecto.
La vocera de PATH, Sara Tiff, le dijo a la BBC que «Burkina Faso es uno de los cuatro países que pensamos serían los primeros donde comenzar a aplicar la funcionalidad de este dispositivo».
La secretaria de Desarrollo Internacional de Reino Unido- que apoya el proyecto-, Justine Greening, dijo por su parte que «el acceso a métodos de planificación familiar modernos, seguros y confiables es vital».
«Sin la posibilidad de escoger por sí misma cuándo tener hijos y cuántos tener, la mujer pierde la oportunidad de participar de manera completa en la sociedad».