El merengue típico en el salón de Las Cariátides

El merengue típico en el salón de Las Cariátides

El merengue típico en el salón  de Las Cariátides

Rafael Chaljub Mejìa

El pasado 26 se escribió una página imborrable de la historia del arte y la música popular de nuestro país. El merengue típico, esa música siempre discriminada y excluida de los salones por las clases dominantes, entró y se hizo dueña del exquisito salón de Las Cariátides del Palacio Nacional.

Los músicos típicos que por tanto tiempo han clamado porque desde el Estado se le atienda, fueron recibidos en un ambiente familiar en el Palacio Nacional, sede del gobierno y símbolo de la soberanía.

Porque ese viejo clamor encontró eco en la conciencia de un presidente que tuvo el gesto de modestia de encontrarse con gente del pueblo sencillo y llano, con músicos, cantantes, seguidores, personajes reconocidos del merengue típico de diferentes épocas, artistas anónimos y sin nombradía en su mayor parte, pero cuyo valor casi nunca se pone de resalto.

Ese día nuestro merengue fue reconocido a los ojos del mundo y las inquietudes, peticiones y reclamos expuestas y recibidas. Fue un acto sencillo, como son las cosas de nuestro pueblo.

La Ministra de Cultura dio la bienvenida, a mí me correspondió la introducción del encuentro y luego, Juan Antonio Robles (el viejo Puro), habló a nombre de los artistas.

Siguió la entrega de parte del presidente, de sendas medallas al Mérito Civil a ocho glorias del merengue típico. Mi tocayo Rafelito Román, el maestro Bilo Nivar, el viejo Puro, Fefita la Grande, Francisco Ulloa, al productor de radio y televisión don Gaspar Rodríguez y en homenaje póstumo a dos leyendas inmortales del merengue folclórico, Bartolo Alvarado y don Fello Francisco, respectivamente.

Luego, dio las gracias en breve y emocionado discurso, Ivelisse Severino, cantante, investigadora y productora del programa radial sabatino Nuestro Merengue, en Éxitos 90.5, de Santiago. La esperanzadora intervención del presidente clausuró la parte formal del encuentro y dio paso al contacto directo del mandatario con los invitados.

Todo un acto sin precedentes, de cercanía, que rompe con la tradición de indiferencia y menosprecio de todos gobiernos hacia el merengue típico.

La felicitación que le hice en el acto, la repito aquí con todo el sentimiento.
Y, como nobleza obliga, Gracias a Noelia Shepard, del Despacho Presidencial; a Carlos Guzmán, Director de Protocolo y al trabajo valioso, sobre el terreno, cara a cara con los invitados, de Eduardo Martínez, el viejo Puro, Ivelisse Severino, Chiche Almonte, el Colorao y Elba Chaljub Mejía, sin el cual el éxito del encuentro hubiese sido imposible.



Noticias Relacionadas