Irán piensa que el atractivo de tener 10 por ciento de las reservas mundiales probadas de petróleo, así como también 15 por ciento de las reservas mundiales de gas será demasiado como para que las grandes empresas de energía lo ignoren.
Pero es poco probable que los conglomerados europeos entren con toda su fuerza a menos que obtengan garantías de Washington de que no habrá repercusiones en sus actividades estadounidenses.
El interrogante para la próxima administración presidencial de los Estados Unidos será, quizá, si un sector petrolero iraní floreciente podrá desembocar en una reforma política y económica, o si traerá aparejados más enfrentamientos entre los reformadores que están a favor de un mayor compromiso con Occidente y los políticos de línea dura que no lo están.