En la historia de nuestro béisbol hay un nombre que es sinónimo de velocidad: Miguel Diloné. Cada vez que Diloné se embasaba, era seguro que al siguiente lanzamiento el raudo corredor se iría al robo de base y llegaría salvo a la siguiente.
El Ayuntamiento del Distrito Nacional “se la jugó” ayer al estilo de Miguel Dioné, en cuanto a velocidad se refiere, pues a nuestro reclamo de que la bandera nacional que ondea en el parque La Lira se encontraba en deplorable estado, respondió con la velocidad del rayo y ya a las 8 de la mañana estaba izada una bandera nueva, como tenía que ser.
Es reconfortante comprobar que el Ayuntamiento pone atención a los reclamos del pueblo.
La ocasión es propicia para sugerir al organismo municipal de la capital hacer revisiones periódicas de los lugares públicos donde ondea nuestro pabellón, para que no sea necesario hacer la denuncia correspondiente.
Mientras tanto, reciba el Ayuntamiento nuestra congratulación, porque en este caso, como dice el refrán, el mandado llegó primero que el mensajero.