Un grupo de instituciones aboga para que se cree el “Día Nacional del Manatí”, como han hecho otros países de la región.
Santo Domingo.-Son carismáticos, inofensivos, dóciles e indicadores de la buena salud de los ecosistemas costeros y marinos, y al igual que otros mamíferos acuáticos se proyectan como un atractivo turístico similar a los delfines y las ballenas jorobadas.
Se trata del manatí antillano o del Caribe (Trichechus manatus manatus), que dado su rol medioambiental, y la relación cultural que guarda desde el descubrimiento de la isla, hoy un grupo de entidades buscan establecer un “Día Nacional del Manatí”.
Jonathan Delance Fernández, coordinador nacional del Proyecto Biodiversidad Costera y Turismo, al igual que el biólogo Nelson García Marcano, de la Dirección de Biodiversidad, ponen en contexto la importancia de esta especie, sus particularidades y mitos.
Remplazan praderas
“Se alimentan de las praderas marinas en las franjas costeras, refugio de muchas especies, y una vez los expulsan en otras zonas sirven para repoblar las Thalassia o praderas, y en base a su presencia indican la salud del litoral donde habitan”, detalló Jonathan.
Sostiene que la idea de establecer un día especial por parte de los ministerios de Medio Ambiente y de Turismo (Mitur), la Autoridad Nacional Maritima, el Centro de Investigación de Biologia de la Universidad Autónoma de Santo Domingo y otras entidades, busca importantizar su conservación, concienciando a través de charlas en las escuelas y conferencias en instituciones, como han hecho países de la región.
Las mayores poblaciones en el país están centradas en Samaná y Montecristi, especialmente en el Santuario de Mamíferos de Estero Hondo de Puerto Plata, donde existen incluso torres de observación; como además, en desembocaduras de ríos como el Yásica, Bajabonico, Nizao, Barahona y Los Haitises, según Delance y García Marcana.
Tradiciones y mitos
Con la llegada de Cristóbal Colón los manatíes fueron vistos como sirenas y desde ahí empezó la depredación para el consumo de su carne, y eran llamados “vacas de mar”. Su nombre deriva del vocablo taíno que significa “con mamas”.
La falsa creencia de que su carne es afrodisiaca y que tiene sabor a pollo o res, ha mermado su población, además por su baja reproducción, que tienen 1 o 2 crías cada cinco años. Viven hasta 60 años.
Particularidades
Posee cuerpo fusiforme, color gris y negro; cola horizontalmente aplanada, hocico chato y labios carnosos. Según García Marcano, está provisto de cerdas sensoriales , sus ojos son pequeños y las orejas carecen de pabellón externo.