En mi artículo anterior escribí sobre la violencia contra las mujeres, contando mi propia experiencia con un novio que me amenazó de muerte porque olvidé mi teléfono en la casa y no pude contestar sus llamadas. Al tiempo de hacer una reflexión sobre los casos de violencia que se están dando en nuestro país, me propuse sumarme a las voces que denuncian esta situación y claman por mayor atención a esta problemática.
Como ha ocurrido con otros de mis artículos, en la sección de comentarios se produjo una entretenida discusión. Aunque no acostumbro a responder comentarios, ni pienso hacerlo en esta ocasión, quiero aprovechar las reacciones para profundizar en el tema de la violencia contra las mujeres.
Algunos de los hombres que leyeron el artículo afirman que las mujeres son asesinadas por sus parejas porque ellas tienen relaciones amorosas por dinero o son infieles a sus parejas. De donde se desprende una clara conclusión: las mujeres que llevan relaciones por interés o tienen más de una pareja tienen que aguantar que las golpeen o que las maten.
Creo que una de las razones de fondo del maltrato a la mujer en nuestro país es la cultura machista, como se evidencia en esos comentarios.
Desgraciadamente, esta es una sociedad que ha deformado a nuestros hombres, haciéndolos inseguros, reduciendo su hombría a la agresión y su relacionamiento con la mujer a la posesión.
Aunque no culpo a los individuos, porque son un producto social, es obvio que muchos hombres no entienden que las mujeres dominicanas hemos tomado un camino de superación, por eso estamos en las universidades y procuramos convertirnos en entes productivos, superando la postura de dependencia en la que habíamos permanecido por siglos.
Desgraciadamente tampoco entienden que ese camino de superación las mujeres no queremos recorrerlo sin compañía, sino al lado de los hombres. Pero queremos una compañía que nos impulse, no una que nos aplaste y nos mate el aliento, destruyendo nuestra autoestima y, en muchos casos, decidiendo si vivimos o morimos.
Así como reconozco que hemos avanzado en muchos ámbitos de la vida, creo que la sociedad dominicana se ha quedado rezagada en los planos culturales que sirven de base al machismo, convirtiendo a quienes deberían ser nuestra más grata compañía de vida en un arma mortal que se alimenta de la destrucción de los derechos de las mujeres y de sus vidas.
Mi posición frente a este tema es que ningún hombre tiene derecho a golpear o quitarle la vida a una mujer, sin importar lo que ésta haya hecho. El maltrato no se justifica contra las mujeres, como no se justifica contra ningún hombre, no importa que sea infiel o que se prostituya. Si una relación no puede continuar, hay que darse la oportunidad de conocer a otra persona.
En definitiva lo que hace falta es un mensaje que estimule el amor, el respeto y la comunicación. En eso tienen que contribuir los medios de comunicación, los autores de canciones y todo el sistema de educación. Hay que reeducar a los seres humanos, sobre todo a los machistas, en una cultura de respeto a la vida y a la integridad de las personas. Ser machos en alguna época pudo ser sinónimo de violencia, pero en estos tiempos debe ser sinónimo de comprensión, de capacidad de amar, de disposición de acompañamiento y de vocación para el crecimiento junto a su pareja, que debe ser vista como una persona con iguales derechos.
Y lo repito una y mil veces: ¡Ni una menos, ya está bueno!