SANTO DOMINGO.-«Lo que más disfruto es ver corretear a mi hijo por todos lados», así nos explicó Rosa Heredia, a quien le preguntamos qué la motivaba a visitar el malecón un domingo por la noche.
Si usted busca sana diversión, al aire libre, una buena opción, sin dudas, es visitar con toda la familia el malecón de la capital.
Este hermoso lugar es bordeado por las aguas del mar Caribe y también es adornado por algunos locales comerciales, en donde tienes la opción de sentarte a disfrutar de un rato agradable con tus seres queridos.
Es muy común ver un congestionamiento vehicular en horas de la noche cerca del obelisco macho, ya que siempre el malecón de la capital ha tenido su público, quienes regularmente provienen de diferentes puntos del país con ánimos de recrearse.
Parqueos en las aceras
Una de las características del malecón que lo hacen tan llamativo es la tranquilidad que ofrece; pero lamentablemente esta cualidad se está viendo afectada, ya que encima de las aceras se están estacionando todo tipo de vehículos sin que ninguna autoridad interfiera, hasta ignorando las señales de tránsito que también lo prohíben.
Luis se esfuerza por no dejar escapar unas lagrimas, mientras nos narra por qué dejó de visitar el malecón, nos relata que en una ocasión estaba sentado en una plazoleta y una jeepeta dando reversa por poco atropella a su hijo de 4 años, mientras este jugaba inocentemente sobre la acera donde se suponía que debía estar seguro.
En el lugar no había nadie que regulara este tipo de actividad y en caso de haber ocurrido una tragedia, tampoco hay nada donde él hubiese podido acudir para auxiliarse.
Al dar un paseo en los alrededores del obelisco, vemos como una innumerable cantidad de vehículos son estacionados encima de la acera justo al frente del Ministerio de Cultura, obligando de esta manera a los transeúntes a tirarse a la calle y de esta forma exponerse a ser arrollados por un vehículo.
«Por aquí jefe…»
«Súbase sin miedo y déjelo ahí jefe¨, que aquí está bien cuidado¨, son algunas de las frases más comunes que escucharemos de los famosos parqueadores, estas mismas personas quienes motivados por el simple hecho de ganarse RD$50 o RD$100 ,no toman en cuenta que con esta actividad ponen en peligro la vida de los que tienen que bajar a la calzada para poder cruzar, no importa si se trata de niños, jóvenes o ancianos.
Lamentablemente en las aceras del malecón, no solamente vemos personas sentadas compartiendo, niños jugando o vendedores de flores, sino que también vemos una larga fila de vehículos, como si fuera una especie de garaje en áreas donde se supone, deberían estar libres para que la gente transite o disfrute.
Debido a esta situación, la mayoría de gente ha optado por estar alerta en caso de que un carro vaya a salir o si se va a parquear para evitar ser lesionada, y otros tantos simplemente han decidido no visitar más el lugar.
Aunque Rosa nos describe el ambiente como familiar y dinámico, expresa sentir cierto miedo de que en algún momento alguien más o incluso su pequeño hijo puedan ser atropellados, y asimismo nos muestra su lado más sensible al exhortar a las autoridades a que traten de poner el control sobre esta situación antes de que ocurra un hecho lamentable.