El Licey en Higüey

El Licey en Higüey

El Licey en Higüey

Renaldo Bodden

EEl sábado tuve una agradable coincidencia en Higüey con la gente del Licey, cada quien poniéndose presente con la Virgen de La Altagracia.

Los liceístas acudieron a dar gracias por su reciente corona en la pelota dominicana, encabezados por su presidente Miguel Guerra, a quien conocí primero como softbolista. También compartí con Rafael Úveda, Fernando Ravelo, Ildefonso Ureña, Rafael Díaz y Mercedes Elmúdesi, esposa de José Manuel Fernández.

El regreso fue por El Seibo, lar nativo de Rhina (La Vieja) y cómplice de tantas vacaciones, junto a mis hermanos Rolando y Robin y mis cuñadas Argelia y Xiomara, y hubo dos paradas obligadas: Dulcería Tula (dura) y Mabí Champagne Seibano, con Ovidio Otto todavía al frente.

La lección fue clara, hay que sacar tiempo para rendir tributo a la espiritualidad, sin fanatismo enfermizo. Y por ello el sábado fue un día especial, inspirado por la siempre venerada Tatica (apodo afectivo).

 



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