Los tambores del populismo y la demagogia, manejados con destreza, siempre se dejan sentir con mucha fortaleza en todas las sociedades del mundo, con el objetivo de sacar provecho a disgustos históricos o pasajeros, que se manifiestan a diario, para lograr mejores condiciones en cualquier actividad.
Esa ha sido una constante, que brota a cada momento, y que sin perder tiempo, muchos oportunistas se convierten inmediatamente en abanderados, lo que en ocasiones los posesiona como «líderes”, al “surgir como actores momentáneos de primera línea, en favor de los reclamantes.
Eso ha estado pasando con la campaña sistemática que desde hace un tiempo realizan, por “desconocimiento o no”, los que acusan al ministerio de Deportes, de oponerse a que técnicos que devengan un salario en alguna institución del Estado, también pueden tener la oportunidad de trabajar en esa dependencia.
Y es que ya se ha explicado más “claro que el agua”, que existe una disposición del el Ministerio de Administración Pública (MAP), que establece en su artículo 144, que: «ningún funcionario o empleado del Estado, salvo en el campo docente, puede desempeñar, de forma simultánea, más de una posición remunerada.
No estoy opuesto a que técnicos deportivos perciban más de un salario si desempeñan más de una función, pero en vez de atacar por las ramas, lo imperativo es luchar porque esa medida que ejecuta el ministerio de Administración Pública, no se aplique en esa área,, porque en el fondo, la misión de un instructor deportivo, al igual que un profesor de escuela o universidad, es impartir conocimientos.
Por lo tanto, en vez de estar «enchinchando”, por todos los ángulos, el objetivo de los agitadores, debe estar dirigido a que esa medida del MAP, no se aplique a los técnicos del área deportiva, que son tan profesores como el que más, y en cuya lucha, debe estar acompañada y respaldada en un 100%, por el mismito ministerio de Deportes, que a la corta o la larga, sería el más beneficiado.